El presidente electo de la futura Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, se citó ayer en Bruselas con los 25 miembros del Ejecutivo Comunitario que entrará en funciones el 1 de noviembre. La reunión, calificada de "muy buena" por Barroso, sirvió para romper el hielo y tener una primera toma de contacto con los miembros. Entre otras cuestiones, se aprobó de forma oficiosa un estricto y pragmático código de conducta de los comisarios, que pretende evitar escándalos como los que ensombrecieron la etapa de Jacques Santer.

Aunque simbólico, uno de los extremos adoptados por el código de conducta es que los comisarios no podrán quedarse con los regalos cuyo valor supere los 150 euros, los cuales será entregados al servicio de protocolo de la Comisión.

La reunión, marcada por un "excelente espíritu" de "realismo y entusiasmo", sirvió para definir los principios básicos y reglas internas que regirán el funcionamiento de la Comisión cuando entre en funciones, a partir de noviembre. Barroso se esforzó por destacar el carácter colegial del organismo, pero remarcó que "es importante para Europa tener una Comisión dotada de visión y liderazgo".

Uno de los objetivos de la futura Comisión será acercar a los ciudadanos la realidad de la Unión Europea para vencer la apatía social que rodea el proyecto comunitario. A ese respecto, la sueca Margot Wallström, futura vicepresidenta y responsable de Relaciones Institucionales y Comunicación, precisó que el reto no consiste tanto en "mejorar la imagen de la UE" como en "comunicarse mejor con los ciudadanos".

POCAS MUJERES Wallström, que destacó negativamente el escaso número de comisarias --8 de 25--, anunció su intención de presentar un plan que implique a los ciudadanos en la actividad comunitaria "desde el momento en que se diseñan nuevas propuestas". "Es crucial ser más transparentes y abiertos", dijo la futura vicepresidenta.

El español Joaquín Almunia, actual comisario de Asuntos Económicos y Monetarios y que repite cargo, se mostró confiado en la capacidad del nuevo Ejecutivo y situó entre los retos del próximo mandato la entrada en vigor de la Constitución, el desarrollo de las políticas iniciadas en Justicia, Interior y Exteriores, y el cumplimiento de la Agenda de Lisboa de reformas económicas.