El nuevo presidente de la Comisión Europea, el conservador José Manuel Durao Barroso, perdió ayer el debate en el Parlamento Europeo y no logró asegurarse una mayoría clara para conseguir hoy la imprescindible ratificación del nuevo Ejecutivo comunitario. Barroso sólo contaba anoche con el voto seguro de unos 328 eurodiputados, de un total de 731 escaños, por lo que la Eurocámara puede hoy rechazar la nueva Comisión Europea y abrir una crisis política sin precedentes.

La mayoría del grupo liberal se sumó anoche a los socialistas, verdes, izquierda europea y euroescépticos, lo que reforzó las probabilidades de que el nuevo Ejecutivo comunitario sea rechazado, aunque nada es seguro hasta la votación de hoy.

Barroso se negó a atender las críticas de la Eurocámara contra los cinco candidatos a comisario controvertidos. El futuro presidente de la Comisión Europea utilizó la estrategia del miedo para intentar contrarrestar la creciente ola de oposición a su equipo, e insistió en que el rechazo sería catastrófico para la UE.

VARAPALO Todos los grupos parlamentarios, salvo el popular y Unión por la Europa de las Naciones, atacaron con dureza la inflexibilidad de Barroso y su negativa a reajustar el reparto de carteras del Ejecutivo comunitario, tras las graves críticas contra los candidatos a comisario de Justicia, Libertad y Seguridad (Rocco Buttiglione), Competencia (Neelie Kroes), Energía (Laszlo Kovacs), Agricultura (Mariann Fischer Boel) e Impuestos (Ingrida Urde).

Barroso reiteró sus promesas de vigilar la actuación de los comisarios polémicos y prometió impulsar una Agencia Europea de Derechos Humanos, una nueva directiva y un plan de acción contra la discriminación. Barroso acusó a los grupos críticos de aliarse con la extrema derecha contra los intereses de Europa. Y auguró que si se rechazaba a su equipo, no se logrará que los países ratifiquen la Constitución europea.

Por la tarde, en una crucial reunión con el grupo liberal, Barroso confesó que no tiene autoridad para cambiar las carteras de los comisarios y que está atado de manos por los gobiernos, según explicó el eurodiputado liberal Ignasi Guardans (CiU). Un total de 50 liberales anunciaron que votarán contra la Comisión Barroso, mientras que 23 votarán a favor y 5 se abstendrán.