Silvio Berlusconi asumió ayer temporalmente la cartera de Economía, que en la noche del viernes quedó sin titular por la dimisión de Giulio Tremonti, para retrasar el inevitable reajuste del Gobierno conservador. La ultraderechista Alianza Nacional reclamaba un reajuste del Ejecutivo tras los reveses electorales de Forza Italia, el partido de Berlusconi, en las pasadas elecciones europeas y municipales, y el paralelo aumento de votos de sus aliados de Gobierno.

Piero Fassino, líder de la oposición progresista, reclamó ayer que el Ejecutivo "se presente ante el Parlamento y dimita", toda vez que Tremonti "reunía en una sola persona los ministerios del Tesoro, de Presupuestos, de Hacienda y del Sur". Pero Paolo Buonaiuti, subsecretario de Presidencia, respondió que "la dimisión sería irresponsable" y que el Gobierno "nació para gobernar cinco años y así se hará".

CIAMPI VUELVE A ROMA Para seguir de cerca lo que parece la crisis más grave del Gobierno de Berlusconi, Carlo Azeglio Ciampi, presidente de la República, regresó ayer a Roma desde su residencia veraniega.

El Consejo de Ministros de la noche del viernes, que debía aprobar recortes presupuestarios por un importe de al menos 4.000 millones de euros, terminó con un ultimátum de Gianfranco Fini, líder de Alianza Nacional y vicepresidente del Ejecutivo: "O dimite Tremonti, o nos retiraremos del Gobierno".