Silvio, Silvio!", gritaron las 6.000 personas que ayer llenaron el Palacio de Congresos de un suburbio de Roma. Como telón de fondo, una pancarta gigante que rezaba: "Diez años de lucha para defender la libertad. Diez de años de Forza Italia". El Cavaliere Berlusconi salió al estrado como si de un artista se tratara --operación estética incluida-- y empezó su discurso, en el que atacó a los "comunistas" de la izquierda y a los jueces. Berlusconi se presentó ante el público --de mediana edad para arriba-- como un salvador de la patria y recordó que antes de que creara su partido, Forza Italia, el país estaba "envenenado y ensangrentado por una guerra civil permanente y que duraba desde hacía 50 años".

INTERRUPCIONES CONTINUAS Silvio es mi ídolo", dijo Giovanni Coccia (23 años), que estaba entre el público. "Es un hombre de negocios que está trabajando para el bien del país. Tristemente, no hay muchos hombres como él en Italia", se lamentó.

"Hemos salvado Italia del comunismo. Y somos conscientes de que somos la única oportunidad de este país", exclamó Berlusconi ante un público entregado que le interrumpió 83 veces en 102 minutos de alocución y que vitoreó un discurso en el que atacó a los "mismos enemigos de siempre: una izquierda formada por comunistas y magistrados".

La peor puñalada verbal la recibió la judicatura, acusada desde siempre por el primer ministro de "ser de izquierdas" y de perseguirlo. "El fascismo me parece menos odioso que esta burocracia togada", soltó Berlusconi, copiando las palabras de un artículo de un exparlamentario socialista, el padre Baget Bozzo, que ha levantado una gran polvareda en Italia. El mandatario italiano nombró una a una a algunas de sus bestias negras, como los magistrados Antonio di Pietro, Saverio Borrelli, Gherardo Colombo e Ilda Boccasini, la fiscal encargada del caso SME, en el que Berlusconi está acusado de pagar comisiones a los jueces para que bloquearan la venta de la empresa alimentaria SME y hacerse con ella a mejor precio.

EL ADN VICIOSO DE LA IZQUIERDA Después pasó a atacar a la oposición, "que no ha perdido el vicio, que lleva en el ADN, de intentar eliminar al enemigo por la vía judicial". La izquierda, según considera Silvio Berlusconi, "tiene una excesiva presencia en el Estado, un peso impropio en los sindicatos y demasiados comunistas infiltrados en todos los organismos del Estado, empezando por el de la magistratura".

Berlusconi, después de 10 años, parece más joven gracias al estiramiento facial que se ha hecho, pero arrastra los mismos temas desde aquel invierno de 1994 y también su ironía. "No es posible ningún compromiso con la izquierda, porque a los comunistas no les ha salido bien el estiramiento", dijo.