Una derrota siempre duele, pero si se pierde en casa la derrota es aún más dura. Silvio Berlusconi, presidente del Gobierno italiano y del equipo de fútbol del Milan, lo sabe. La perdida de la provincia de Milán, lugar de nacimiento de Il Cavaliere como hombre y como político, se suma a una caída en picado del centroderecha en toda Italia, que ha dejado en manos de la oposición 52 de las 63 provincias y 10 de las 20 regiones en las elecciones provinciales y locales del fin de semana. Una debacle que confirma la tendencia a la derrota de Berlusconi en anteriores consultas, como las europeas.

El centroizquierda arrebató al centroderecha la región de Cerdeña, (la única en la que se han celebrado elecciones), 8 provincias y 2 capitales de provincia. Antes de la consulta, las formaciones opositoras contaban con 44 provincias y 19 ayuntamientos. La coalición de Berlusconi sólo conserva 11 provincias y 8 capitales.

EL GOLPE MAS DURO Perder la provincia de Milán ha sido el golpe más duro para el presidente del Gobierno y para su partido, Forza Italia. Filippo Penati conquistó la provincia de Milán, mandando a casa a la actual presidenta, Ombreta Colli (Forza Italia), al lograr el 54% de los votos. Para Penati, está claro que esta victoria "tiene un valor nacional, porque aquí nació el berlusconismo, y el resultado simboliza el crecimiento del centroizquierda".

Pero decir que el centroderecha perdió es poco preciso. Como se vio durante las recientes elecciones europeas, en las que los partidos de la Casa de las Libertades decidieron presentarse sin alianzas, el único perdedor fue Berlusconi y su partido, que obtuvo el 21% de los votos frente al 29% de las últimas elecciones generales. Unos cuatro millones de votos menos para Forza Italia, mientras sus aliados mantenían invariables sus porcentajes, como Alianza Nacional (AN), o incluso se veían beneficiados, como los centristas de la Unión de Demócratas Cristianos (UDC). Tras estos resultados, los aliados AN y UDC protagonizaron algunas pataletas con amenazas de dimisiones y crisis de Gobierno si no se producían cambios en el equipo gubernamental y en la política económica del Ejecutivo.

Desde la cumbre de la OTAN en Estambul, Berlusconi anunció ayer, después de conocer los resultados de las municipales, que se producirán algunos cambios en el Consejo de Ministros. "El Gobierno será el mismo, sólo se introducirán nuevos nombres para mejorarlo", precisó el jefe del Ejecutivo de Roma.

El primer ministro también lanzó críticas a su aliado de la Liga Norte por no haberse esforzado lo suficiente a la hora de apoyar a los candidatos del centroderecha, como en el caso de Milán. Pero, sin Forza Italia, el centroderecha se desvanece, y la pérdida de confianza en Berlusconi reflejada en las urnas será determinante para el Gobierno.