El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado este viernes que los crímenes de odio contra los estadounidenses de origen asiático "se han disparado" desde que comenzó la pandemia de covid-19 y ha llamado a estar "unidos" contra el racismo, "el feo veneno" que "ha plagado" la nación estadounidense.

"Demasiados estadounidenses de origen asiático han estado caminando por las calles y preocupándose, despertando cada mañana sintiendo que su seguridad y la seguridad de sus seres queridos están en juego", ha censurado Biden, que ha condenado este incremento en una intervención desde la Universidad Emory en Atlanta, a donde ha viajado a raíz del tiroteo que dejó ocho muertos el martes.

Biden, que se ha reunido este viernes con líderes de la comunidad estadounidense de origen asiático de Georgia, ha lamentado que miembros de esta comunidad "han sido atacados, culpados, chivos expiatorios y acosados; han sido agredidos verbalmente, agredidos físicamente, asesinados".

"Los incidentes documentados de odio contra los estadounidenses de origen asiático han experimentado un aumento vertiginoso durante el último año", ha señalado el presidente, que ha precisado que otros "muchos sucedieron y nunca se denunciaron".

Las mujeres estadounidenses de origen asiático han sufrido "el doble de incidentes de acoso y violencia", ha incidido Biden, para subrayar que se está "aprendiendo lo que siempre se ha sabido", que "las palabras tienen consecuencias", en referencia a las palabras de su predecesor en el cargo, Donald Trump, cuyas declaraciones de denominar al coronavirus "virus de Wuhan" u otras cosas que lo relacionaban con la comunidad asiática han sido señalada como un motivo del aumento de las amenazas contra estas personas.

"La violencia a menudo se esconde a la vista y se encuentra con el silencio", ha apuntado también el presidente, que ha criticado que así ha sido a la lardo de la historia de Estados Unidos, pero "esto tiene que cambiar", porque "nuestro silencio es nuestra complicidad".

En este sentido, ha recordado que en su primera semana en el cargo, firmó una orden ejecutiva que ordenada a la agencias federales "combatir este resurgimiento de la xenofobia". "El Departamento de Justicia está fortaleciendo su asociación con la comunidad estadounidense de origen asiático para prevenir estos crímenes, además de su otro trabajo para enfrentar el extremismo violento y el terrorismo interno", ha agregado.

Asimismo, ha llamado al Congreso a aprobar la Ley de Crímenes de Odio durante el covid-19 --que aceleraría la respuesta del Gobierno-- y ha señalado que la Cámara de Representantes acaba de dar luz verde a la reautorización de la Ley de Violencia contra la Mujer.

"Pero a pesar de todo el bien que pueden hacer las leyes, tenemos que cambiar nuestro corazón. El odio no puede tener un puerto seguro en Estados Unidos. Debe detenerse. Y depende de todos nosotros, todos juntos, hacer que se detenga", ha sentenciado.

Por su parte, la vicepresidenta, Kamala Harris, ha lamentado que "el racismo es real en Estados Unidos, y siempre lo ha sido", y ha continuado diciendo que igual que "la xenofobia también es real y siempre lo ha sido, el sexismo también".

Harris ha condenado así este "atroz acto de violencia" y ha recalcado que "cualquiera que sea el motivo del asesino, los hechos están claros": "Seis de las ocho personas muertas el martes por la noche eran de ascendencia asiática. Siete eran mujeres. Los tiroteos tuvieron lugar en un negocio propiedad de estadounidenses de origen asiático. Los tiroteos ocurrieron cuando los crímenes de odio violentos y la discriminación contra los estadounidenses de origen asiático aumentaron dramáticamente durante el último año".

Ocho personas, seis de ellas mujeres asiáticas --al menos cuatro de origen surcoreano--, murieron a causa de los ataques el martes y en un lapso de tiempo de una hora. Las autoridades han señalado que el sospechoso, Robert Aaron Long, de 21 años, ha manifestado a los investigadores que tenía una adicción sexual y veía los negocios como una tentación que necesitaba eliminar.