El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha llegado este lunes a Kiev para respaldar a las autoridades ucranianas en su pulso con las milicias prorrusas del este de Ucrania. El avión ha aterrizado en la capital ucraniana, después de que el domingo, un tiroteo en la región insurgente de Donetsk incrementara de nuevo la tensión entre Kiev y Moscú. En las últimas horas, ambas ciudades han protagonizado un cruce de acusaciones sobre la ruptura de la tregua declarada con ocasión de la Pascua ortodoxa.

Biden se reunirá este martes con el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, y con el primer ministro, Arseni Yatseniuk, con los que abordará la inestable situación en el país. Además, estudiará los avances en materia de reforma constitucional y descentralización administrativa, dos de las demandas de los prorrusos, y la reestructuración de la alicaída economía ucraniana.

Con respecto a los acuerdos de Ginebra, el Departamento de Estado de EEUU ha advertido este lunes a Moscú de las consecuencias si no cumple con lo acordado el pasado jueves en Ginebra, donde Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea aprobaron un documento para estabilizar la situación en el país.

Rusia se ha comprometido a persuadir a las milicias prorrusas a deponer las armas y desalojar los edificios públicos en varias ciudades del este del país, de mayoría rusohablante. No obstante, los prorrusos siguen sin entregar sus armas, controlan el Ayuntamiento de Donetsk y la ciudad de Slaviansk, y ponen sobre la mesa condiciones inaceptables para Ucrania como el desmantelamiento del Maidán (corazón de las protestas en Kiev).