El escándalo de las torturas conmueve al mundo, pero el primer ministro británico, Tony Blair, aseguró ayer no haber leído el informe que la Cruz Roja publicó en febrero. En una insólita declaración, el primer ministro señaló que tanto él como el resto del Gobierno, incluido el ministro de Defensa, Geoff Hoon, conocieron las últimas denuncias hace unos días, por la prensa.

"Hasta donde yo sé, ni yo ni ninguno de los ministros del Gobierno nos enteramos de las alegaciones específicas hasta que se divulgaron en los periódicos recientemente", afirmó Blair.

El Gobierno británico se enfrenta a dos informes devastadores sobre el comportamiento de sus tropas en Irak. En el documento de la Cruz Roja se detallan los "sistemáticos abusos" de los presos y se denuncia la muerte de un detenido. En otro informe que hoy publicará Amnistía Internacional se afirma que los soldados británicos mataron a civiles iraquís que no representaban ninguna amenaza. Entre las víctimas hubo una niña de 8 años.

Hoon pasó al ataque y acusó al diario Daily Mirror de haber publicado fotos falsificadas de supuestos malos tratos cometidos por las tropas británicas.

Por otro lado, según un sondeo del diario The independent, el 55% de británicos desea que las tropas regresen el 30 de junio, fecha del traspaso de la soberanía a Irak.