Ni el sentir de opinión pública, ni la oposición de sus más directos colaboradores en el Gobierno, han impedido a Tony Blair hacer una vez más su santa voluntad. El primer ministro puso ayer el broche final al año político más difícil de su carrera, con el desafiante nombramiento de su amigo y aliado, Peter Mandelson, como nuevo comisario europeo del Reino Unido. Con la promoción de alguien como Mandelson, forzado en dos ocasiones a abandonar sus cargos ministeriales, Blair ha dejado claro que, aunque tocado por la guerra de Irak y con poca estima entre la opinión pública británica, sigue llevando las riendas del país.

EN ORBITA De esta forma, por tercera vez, el primer ministro pone en órbita al que ha sido su más fiel y poderoso consejero en la sombra. Blair quiso incluso volver a colocarle en el Gobierno, algo que finalmente ha impedido su directo rival, el ministro de Finanzas Gordon Brown. Mandy o el Príncipe de las Tinieblas , como le apodan sus muchos enemigos, es uno de los principales arquitectos del Nuevo Laborismo, capaz, inteligente, pero también elitista y gran manipulador, enredado en eternas conspiraciones.