"Las ganas que tengo son las de llenarte la boca con puñetazos". El presidente brasileño Jair Bolsonaro no dudó en amenazar a un periodista del diario O Globo después de que le preguntara por un escándalo que salpica a la Primera Dama, Michelle Bolsonaro, y a su hijo, el concejal carioca Flavio Bolsonaro. Según denuncias publicadas en los últimos días, el expolicía Fabricio Queiroz, un antiguo conocido de la familia presidencial, hizo entre 2011 y 2016 una veintena de depósitos en una cuenta bancaria de la esposa del capitán retirado por un total de 89.000 reales (unos 15.892,8 dólares). Queiroz se encuentra detenido el marco de una investigación de la que es objeto el menor de los hijos del mandatario y que está relacionada con presuntos desvíos de recursos públicos cuando se desempeñaba como diputado regional por el estado de Río de Janeiro.

En las redes sociales rápidamente se hizo viral la pregunta que no quiso responder: "Presidente @jairbolsonaro: ¿por qué su esposa Michelle recibió 89.000 reales de Fabricio Queiroz?". De acuerdo con abio Malini, especialista en extracción de datos de Twitter, los hashtags #respondeBolsonaro, responde Jair y #respondepresidente se utilizaron por miles cada 40 segundos. El diario O Globo "repudió" la actitud de Bolsonaro y afirmó que la "intimidación" muestra que el gobernante desprecia el deber de cualquier servidor público, sin importar el cargo, de ofrecerle explicaciones a la población.

"No tomó cinco minutos de contacto con la prensa para que Bolsonaro se convirtiera otra vez en Bolsonaro", dijo por su parte el diario paulista Folha, en alusión a la efímera cordialidad del presidente durante los últimos días, cuando volvió a subir en las encuestas. A pesar del caso Queiroz y los efectos del covid-19, que ha matado a casi 115.000 personas, la aprobación de Bolsonaro ascendió a 37%, la máximo desde el 1 de enero de 2019, cuando comenzó el Gobierno de ultraderecha. El rechazo cayó a 34%. Dos meses atrás, la mitad de la población lo reprobaba.

CRECIENTES INTIMIDACIONES

"Es lamentable que nuevamente el presidente reaccione de forma agresiva y destemplada a una pregunta de un periodista. Esa actitud en nada contribuye al ambiente democrático y a la libertad de prensa", dijo la Asociación Nacional de Periódicos (ANJ). La Asociación Brasileña de Prensa (ABI), habló del "comportamiento grosero" del jefe de Estado. La organización no gubernamental Reporteros Sin Frontera (RSF) ha denunciado en los últimos meses los ataques del Gobierno contra los medios de comunicación. Según un estudio de la Federación Nacional de Periodistas, esas acciones crecieron un 54,07 %.

Como era de esperar, la oposición también se sumó a las críticas de los medios. La diputada del PSOL (izquierdas), Sâmia Bomfim (PSOL) calificó el discurso de de Bolsonaro de "inaceptable". Su buen comportamiento, añadió, "duró poco". Para el diputada del Partido de los Trabajadores (PT), Alencar Braga, Bolsonaro tuvo un arranque de "ira mafiosa".