La víspera del Día del Padre devino en tragedia en Bogotá después que estallara un artefacto explosivo en el Centro Andino, uno de los centros más importantes de la capital colombiana. La bomba provocó la muerte de tres mujeres, una de ellas francesa, y 11 heridos.

El atentado no fue reivindicado por ningún grupo armado, pero levantó una ola de suspicacia. El estallido letal ha tenido lugar pocas horas antes de que las FARC completen la entrega de sus armas en el marco del programa acordado para cumplir con el proceso de paz.

“El martes 20 de junio se acaban las FARC. Imagínense eso, Colombia sin las FARC, Colombia en paz. Las FARC desaparecen como grupo guerrillero”, había dicho antes del atentado terrorista.

Lo ocurrido en el centro comercial sumió en la perplejidad al Gobierno. “He ordenado al general (Jorge Hernando) Nieto dirigir investigación y mantenerme al tanto. Mi solidaridad con las víctimas”, dijo el presidente. Y su ministro del Interior, Guillermo Rivera, dijo que el Estado no descartaba ninguna hipótesis. “La forma como se prepetró este atentado es de una frialdad inmensa. Este es un atentado de lesa humanidad, contra la sociedad civil que estaba por celebrar el Día del Padre y ahora son los protagonistas de una tragedia”, dijo.

LAS FARC y EL ELN CONDENAN EL ATENTADO

Las FARC no se demoraron en repudiar el hecho. “Compartimos intenso dolor de familiares de las víctimas del atentado terrorista en el Centro Comercial Andino. En el momento no existe razón valedera para este tipo de criminales acciones. Enemigos de la paz no van a cesar en estrategia del terror”, dijo Ricardo Téllez, miembro del secretariado de la guerrilla que en pocos días se convertirá en fuerza política.

El Gobierno trata de cerrar el año con las negociaciones de paz encaminadas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Ese grupo armado, de orientación guevarista, también se desmarcó de la tragedia. “El ELN repudia ataque en centro comercial Andino contra civiles. Compartimos el dolor y nos solidarizamos con las víctimas y pide seriedad a quienes hacen acusaciones infundadas y temerarias; hay quienes pretenden así hacer trizas los procesos de paz”, dijo desde Quito, Ecuador. Las negociaciones con el Gobierno se encuentran empantanadas ante la negativa de la guerrilla de dejar a un lado la práctica del secuestro.

La paz con las FARC no tiene contentos a todos los colombianos. La derecha, encabezada por el expresidente Álvaro Uribe, trata de torpedear el acuerdo en distintos ámbitos. Grupos paramilitares que no habían sido desactivados y bandas narcotraficantes intentan en este contexto recuperar protagonismo.