El culebrón del brexit no tiene fin y ahora uno de sus principales protagonistas, Boris Johnson, puede sentarse en el banquillo de los acusados y acabar en la cárcel. El exministro de Asuntos Exteriores, y candidato mejor situado para suceder a Theresa May, ha sido convocado por la justicia británica, acusado de haber mentido sobre el dinero que el Reino Unido entrega a la Unión Europa y haber engañado a la opinión pública sobre el brexit deliberadamente mientras ostentaba un cargo público.

Según la acusación, Johnson habría abusado de la confianza de los ciudadanos cuando pregonó que el Reino Unido pagaba 350 millones de libras a la semana a la Unión Europea, dinero que «podía gastarse en las prioridades en este país, incluida la sanidad pública». La frase estaba incluso escrita en el autobús en el que se desplazaba en sus mítines. La grabación de aquella arenga, lanzada a viva voz, se volvió a escuchar ayer por todo el Reino Unido, donde la noticia cayó como una bomba.

En total se enfrenta a tres acusaciones de falsedad desde un cargo público. La denuncia, tramitada en febrero, partió de un ciudadano particular, Marcus Bull, un empresario de 29 años militante antibrexit que reunió el dinero para iniciar el proceso contra Johnson con 200.000 libras que recaudó con un crowdfunding. En el Tribunal de Magistrados de Westminster, los abogados del político conservador alegaron que el caso era un «truco», «con motivaciones políticas», presentado por el grupo Brexit Justice Limited con el fin de «socavar el resultado del referéndum del brexit y evitar sus consecuencias». Pero el letrado de Bull, Lewis Power, negó que ese fuera el objetivo y acusó a Johnson de haber «mentido repetidamente y engañado a los británicos con respecto al coste de permanecer en la UE». En su escrito, la magistrada Margo Coleman considera probado que Johnson «sabía que esas declaraciones eran falsas». El proceso judicial llega en justo cuando Johnson debe concentrarse por el liderazgo conservador, que puede conducirle a la residencia oficial de Downing Street este verano.