"Todavía soy positivo (de covid-19). En los próximos días me haré un nuevo exámen y, si Dios quiere, todo saldrá bien para que podamos volver a la actividad pronto", le anunció Jair Bolsonaro a sus seguidores. El presidente reiteró que confía curarse sobre la base de la ingesta de cloroquina, una droga que objetada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El optimismo del capitán retirado contrasta con la sensación de riesgo sanitario que ronda a varios estados del gigante sudamericano. Brasil ha registrado este miércoles 1.261 nuevas muertes y 39.705 contagios de coronavirus. Se han acumulado 75.523 decesos y casi dos millones de infecciones desde marzo. Nueve estados registran un incremento de los casos positivos y otros días tienen más decesos, entre ellos Río Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco, Goiás, Tocantins, Mato Grosso y el Distrito Federal.

Bolsonaro se encuentra aislado desde el 7 de julio, cuando se confirmó su infección. Una semana más tarde el virus sigue en su cuerpo. El capitán retirado se mantiene alejado de los miembros de la familia que viven en el mismo Palacio de Alvorada: la primera dama Michelle Bolsonaro, su hija y su hijastra. Los tres ya han tenido un examen de coronavirus y los resultados han sido negativos.

FUERTE CONTROVERSIA

A pesar de haber reducido su actividad, el mandatario se comunicó telefónicamente con Gilmar Mendes, uno de los integrantes del Tribunal Federal Supremo (STF) que días atrás abrió un nuevo frente de controversia con el Gobierno de ultraderecha. Mendes había criticado en duros términos la presencia del general Eduardo Pazuello al frente del ministerio de Salud a pesar de su nula experiencia en la materia. "Ya no podemos tolerar esta situación. No es aceptable tener este vacío. Esto es malo para la imagen de las Fuerzas Armadas. Debemos decir esto muy claramente: el Ejército se está asociando con este genocidio, no es razonable. Es necesario poner fin a esto".

El vicepresidente brasileño, el general de reserva Hamilton Mourão, le exigió a Mendes una retracción que nunca llegó. Bolsonaro contuvo su ira en público por consejo de su entorno. Sus asesores le recomendaron bajar el tono de la discusión. El presidente cumplió el consejo a medias. Si bien habló con Mendes en un tono despojado de rispideces explícitas, una vez que terminó la conversación no solo defendió la militarización de la cartera de Salud. También aseguró que Pazuello es un "predestinado" y una fuente de orgullo para el Ejército. Al explicar su liderazgo en la lucha contra el covid-19, Bolsonaro destacó especialmente el papel de Pazuello urante los Juegos Olímpicos que se realizaron en Río de Janeiro hace cuatro años.

"ABSURDO"

A la luz de los resultados en la lucha contra la pandemia, el diario Folha deSao Paulo consideró un "absurdo" que la conducción de la política sanitaria se mantenga en manos de los uniformados desde hace dos meses, cuando la curva de decesos dio el salto que hizo de ese país el segundo a nivel mundial en cantidad de óbitos. "Brasil ya es un ejemplo internacional de fracaso para enfrentar el coronavirus, y el número de nuevos casos y muertes no muestra signos de un respiro. Al provocar la renuncia de dos ministros por negación irracional y debido a la obsesión con la cloroquina y la manipulación de datos, Bolsonaro hizo muy difícil atraer a otro profesional calificado y celoso de su reputación". De acuerdo con Folha, "un Ministerio de Salud convertido en una rama de cuartel no tiene cabida en ningún concepto de normalidad".