El destino de George Bush y John Kerry parece bien ligado a dos grupos concretos de votantes: los obreros del llamado corredor de la herrumbre , el puñado de estados industriales norteños asolados por el desempleo, y los cristianos militantes y blancos del corredor de la Biblia , el abanico de estados sureños ferozmente conservadores.

"En todos los sitios que visito, la gente quiere buenos empleos, seguros médicos que estén al alcance de sus bolsillos y un futuro para sus familias", dice John Sweeney, presidente de AFL-CIO (Federación Americana de Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales), la mayor organización sindical del país, con 13 millones de afiliados, de los 16,1 millones que pertenecen a sindicatos en todo el país.

Muchos de ellos se encuentran en Illinois, Indiana, Michigan, Ohio y Pensilvania, los estados del corredor de la herrumbre , llamado así por la oxidación de la maquinaria de sus muchas fábricas, cerradas desde finales de los años 60.

Los sindicalistas

Tradicionalmente demócratas, la gran mayoría de los obreros afiliados a sindicatos votaron hace cuatro años por el exvicepresidente Al Gore, que obtuvo un 63% de apoyos frente al 32% de Bush. Este año, ante el mal estado de la economía, la gran pérdida de puestos de trabajo y su deslocalización a otros países durante la gestión del presidente republicano, los sindicalistas han puesto en marcha la mayor movilización de su historia para impedir que gane otro mandato.

Además de respaldar a Kerry, AFL-CIO ha invertido 150 millones de dólares (117 millones de euros) para asegurarse de que cada uno de sus miembros, así como sus familiares, acudan a votar el 2-N. En el año 2000, uno de cada cuatro votantes pertenecía al hogar de un sindicalista, y estos votantes supusieron un 36% del electorado de Ohio y un 30% del de Pensilvania, dos estados cruciales este año.

El corredor de la Biblia es otro cantar, y se inclina claramente a favor de Bush. Hace cuatro años, el presidente se llevó la victoria en esta amplia área geográfica del sureste de EEUU, que se extiende desde Tejas hasta Virginia y desde Kansas hasta Florida. El protestantismo más ferviente es su principal seña de identidad. Su eje es Nashville (Tennessee), ciudad denominada la hebilla del corredor de la Biblia . En ella tienen sus sedes varias iglesias cristianas incluyendo la mayor de todas: la Convención Baptista Sureña. El conservadurismo de Bush y la constante y profunda religiosidad que exhibe el presidente convence a estos conservadores, que coinciden además con el presidente en su rechazo del aborto y el matrimonio gay.

Iniciativa de Nixon

Los republicanos dominan el sur de EEUU desde que lograron conquistar el voto conservador y racista blanco gracias a la denominada "estrategia sureña" puesta en marcha por el presidente Richard Nixon en 1968. Esta fue una exitosa ofensiva para captar a estos votantes, irritados con el apoyo de los demócratas a la campaña de derechos civiles para los negros, que se lanzaron en brazos de este partido mientras los blancos conservadores se aliaron con los republicanos. El partido de Bush "consigue el apoyo del votante blanco y rural del sur apelando a sus miedos racistas, aunque luego atribuye su triunfo a la inconmovible fe evan- gélica que profesan", explica Theodore Roszak, escritor y profesor de la Universidad de California .