A escasas horas de que el Parlamento británico vote por fin el texto del acuerdo de divorcio, la Unión Europea volvió a mover ficha para intentar ayudar a Theresa May a contener a los diputados reacios al acuerdo del brexit, aunque lo hace sin tocar ni una coma del texto cerrado en diciembre pasado por los equipos negociadores de Londres y Bruselas.

En una extensa carta remitida por los presidentes de la Comisión y del Consejo Europeo, Jean-Claude Juncker y Donald Tusk, ambos dirigentes volvieron a ofrecer aclaraciones sobre el mecanismo de salvaguarda diseñado para evitar el regreso de una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del norte y que tantas resistencias genera al otro lado del Canal de la Mancha.

«Como sabe, no estamos en posición de aceptar nada que cambie o sea incoherente con el acuerdo de retirada, pero para facilitar los siguientes pasos estamos encantados de confirmar nuestra interpretación», explican.

NUEVO ACUERDO COMERCIAL

Y lo primero que reafirman es la voluntad europea de negociar con celeridad un nuevo acuerdo comercial, para el 31 de diciembre del 2020, que haga innecesario activar la red de seguridad para Irlanda. «La Comisión puede confirmar que, como el Reino Unido, la Unión Europea no desea que la salvaguarda entre en vigor», insisten.

Pero si al final resulta necesario activar el mecanismo será solo «temporal», durante el tiempo «estrictamente necesario», hasta que sea reemplazado por un acuerdo posterior que asegure que se evita una frontera dura en la isla.

El texto no pone fecha tope, como pretendían en Londres para evitar quedar atrapados en la unión aduanera, y se limita a poner por escrito el mismo compromiso político, pero tanto Tusk como Juncker aclaran que las promesas puestas por escrito, tanto en el acuerdo de divorcio como en la declaración política sobre la futura relación, tienen valor legal y comprometen a la UE.

Además, insisten en que el objetivo es lograr un acuerdo sobre la futura relación antes de que concluya el periodo transitorio. Si para entonces no hubiera concluido el periodo de ratificación, la Comisión se compromete a proponer la aplicación provisional de partes relevantes de la relación futura.

La carta también deja claro que si Londres y Bruselas consideran necesario prolongar el periodo transitorio, para seguir negociando habrá más tiempo.