El presidente de EEUU, George Bush, prometió ayer utilizar "el capital político de EEUU", en los cuatro años de su segundo mandato, para lograr el establecimiento de un Estado palestino. "Me gustaría que ocurriera en los próximos cuatro años. Creo que es posible", subrayó.

Flanqueado por su más firme aliado, el primer ministro británico Tony Blair, Bush tendió también la mano a Europa, para reparar las maltrechas relaciones transatlánticas tras la invasión de Irak. "Todo lo que queremos conseguir juntos requiere que EEUU y Europa sigan siendo estrechos aliados", subrayó Bush al anunciar que viajará a Europa "tan pronto como sea posible".

En una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca, Bush y Blair resaltaron "la gran oportunidad de establecer un Estado palestino", que se ha abierto tras el fallecimiento del presidente Yasir Arafat. No obstante, el mandatario estadounidense no se comprometió a participar en una posible conferencia internacional sobre Oriente Próximo.

Además, Bush tuvo buen cuidado en matizar que, al mismo tiempo que apoya "un Estado democrático, independiente y viable para los palestinos", su Gobierno está "comprometido con Israel como Estado judío". Blair subrayó: "Si queremos un Estado palestino viable, tenemos que asegurarnos de que la infraestructura política, económica y de seguridad de ese Estado se defina y se materialice".

Bush destacó que la firmeza de las relaciones entre EEUU y Europa es clave para la estabilidad global. "Somos los pilares del mundo libre", afirmó. El dirigente no clariricó qué países visitará, aunque expresó su intención de "continuar trabajando a través de la OTAN y con la UE para reforzar la cooperación". De hecho, el primer político recibido por Bush tras el 2-N fue el secretario general de la Alianza Atlántica, Jaap de Hoop Scheffer.

Los dos mandatarios se mostraron optimistas sobre el futuro de Irak, pese a los intensos combates en Faluya y los continuos atentados. "La desesperación de los asesinos crecerá y podría aumentar la violencia" a medida que se acercan las elecciones de enero, advirtió sin pestañear Bush, que se mantuvo firme en su convencimiento de que, al final, se establecerá la democracia en Irak.