En los prolegómenos de la carrera electoral que decidirá si permanece en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, George Bush, planteó ayer un nuevo desafío a la población norteamericana: reactivar el programa espacial para volver a la Luna en el año 2015, y desde allí conquistar el planeta Marte, en el 2030. "Anuncio un nuevo plan para explorar el espacio y extender la presencia humana a través del Sistema Solar", dijo en la sede de la agencia espacial estadounidense, NASA.

Ni la amargura de la explosión del transbordador espacial Columbia, el pasado febrero, ni el ingente déficit presupuestario que arrastra la nación a causa de la guerra de Irak y de la mala marcha económica, arredraron a Bush, cuyo equipo de asesores lleva tiempo buscando temas para cautivar a los votantes. El mandatario republicano se mostró decidido a "conquistar una nueva posición en la Luna", 32 años después de que astronautas estadounidenses pisasen el satélite por última vez. La renovada exploración del satélite servirá también, según dijo, para "lanzar nuevos viajes a los mundos más allá del nuestro".

El presidente Bush enumeró los objetivos de la ampliación del programa espacial estadounidense. El primero es acabar la Estación Espacial Internacional en el año 2010. Para ello, se continuará utilizando el transbordador espacial, que será definitivamente jubilado ese año, después de tres décadas de servicio que incluyeron las trágicas explosiones de dos de sus unidades, el Challenger y el Columbia.

NUEVA NAVE EN EL 2008 Al mismo tiempo, se irá desarrollando una nueva nave espacial, el Vehículo de Exploración para Tripulaciones, que deberá estar lista en el año 2008, con el fin de poder transportar a astronautas al espacio. Ese mismo año se enviarán a la Luna misiones no tripuladas con el objetivo de preparar el alunizaje de seres humanos. En el 2015 comenzarán a llegar hombres al satélite, para permanecer allí "largos periodos" de tiempo, a modo de colonias que explorarán la Luna. Una base permanente será establecida en el 2020. "Los siguientes pasos serán misiones humanas a Marte y a mundos más allá", explicó el presidente estadounidense.

"No sabemos dónde acabará este viaje, pero sabemos que los seres humanos se dirigen al espacio", dijo sin asomo de duda Bush.

EL COSTE DEL PROYECTO Saliendo al paso del coro de voces que consideran esta nueva aventura espacial no sólo potencialmente capaz de lanzar una nueva carrera de armamentos, sino también demasiado cara para las vacías arcas del país, el presidente mantuvo que inicialmente costará 12.000 millones de dólares (10.440 millones de euros; 1,7 billones de pesetas) en el próximo lustro. De ellos, sólo 1.000 millones serán nuevos fondos, pues el resto se conseguirá de la cancelación de otros programas de la NASA.

Estas modestísimas cifras distan mucho del proyecto presentado en 1989 por su padre, el primer presidente Bush, quien planteó un programa para llevar astronautas a Marte que nunca se llevó a cabo, ya que suponía un coste 40 veces mayor.