Espoleada por la decisión del Tribunal Supremo de inhibirse en la demanda sobre los derechos de los detenidos por los atentados del 11-S, la Administración de George Bush sacó pecho ayer y consideró que el trato dado a los 660 detenidos en la base norteamericana de Guantánamo es "legal" y "se ajusta al derecho internacional", según los términos empleados por William Taft, el principal jurista del Departamento de Estado de Estados Unidos.

"El trato brindado por los estadounidenses a los detenidos de Guantánamo es totalmente ajustado al derecho internacional y a las normas vigentes desde hace siglos para el trato a los individuos capturados en tiempos de guerra", escribió el abogado en el diario Financial Times.