Roncos de tanto mitin, los dos rivales por la presidencia de Estados Unidos quemaron ayer la última jornada de esta reñidísima campaña electoral con un frenético esprint final de apariciones no visto en décadas. "Estoy convencido de que voy a ganar", dijo optimista el presidente George W. Bush, a pesar de que se enfrenta hoy al veredicto de las urnas en la posición más incierta de un mandatario que busca la reelección desde 1948 --cuando el demócrata Harry Truman batió a Thomas Dewey--, en vista del empate en los sondeos con su adversario, el senador demócrata John Kerry, y de la aprobación minoritaria que obtiene su gestión.

"Espero que estas elecciones queden decididas el martes por la noche", declaró, por su parte, Kerry. El aspirante demócrata también advirtió de que un ejército de abogados de su partido vigilarán los colegios electorales para asegurarse de que no hay irregularidades y de que todo el mundo puede ejercer su derecho a votar. "Los ciudadanos están decididos a no ver una repetición del 2000", aseguró a la cadena ABC, aludiendo a la batalla de las últimas elecciones en Florida, que supuso 36 días de angustiosos recuentos y acabó siendo decidida por el Tribunal Supremo, que adjudicó la victoria a Bush por sólo 537 sufragios.

ULTIMO ESFUERZO Insistiendo en la guerra de Irak, el miedo al terrorismo y el estado de la economía, los temas que han dominado la campaña, Bush y Kerry recorrieron ayer el país haciendo un último esfuerzo por asegurarse hasta el último voto.

El presidente inició su periplo de madrugada en Ohio. Siguió con los mítines en los cruciales estados de Pensilvania, Wisconsin, Iowa y Nuevo México, antes de acabar la agotadora jornada en Tejas, donde mantuvo el último acto electoral y pernoctó en su rancho de Crawford. Bush y su esposa, Laura, votarán hoy en esta localidad antes de regresar a Washington para aguardar el resultado de las elecciones. "La meta está ya a la vista y tengo la energía, el optimismo y el entusiasmo para cruzarla", afirmó en un mitin matutino en Pittsburgh (Pensilvania).

VENTAJA ENTRE LOS JOVENES "Yo haré un trabajo mejor que George Bush para proteger al país", prometió paralelamente Kerry. El senador cerró su maratón electoral con una retahíla de mítines en Florida, Wisconsin, Michigan y Ohio que duró 16 horas, antes de su regreso a Boston (Massachusetts), donde esperará el veredicto de los votantes. El senador pronosticó una "afluencia récord" a las urnas, incluyendo a los jóvenes de entre 18 y 29 años, un sector en el que disfruta de un 64% de apoyo, frente al 35% de Bush, pero que constituye uno de los factores más impredecibles de los comicios.

"La carrera está muy reñida pero tengo la corazonada de que los pocos votantes indecisos se inclinarán en contra de quien se presenta a la reelección", opinó el especialista en sondeos John Zobgy, el único que acertó el resultado electoral de 1996 y del 2000. "La última tendencia es a favor de Kerry", añadió, sumándose a las señales de avance del senador en estados como Florida y Ohio.

Un sondeo de Gallup hecho público ayer cifró en 3-4 puntos porcentuales la ventaja de Kerry en ambos estados, frente a los 4 puntos que detectó a favor de Bush en el también crucial estado de Pensilvania. Más ominoso para el presidente fue el dato de que el 52% de los votantes están insatisfechos con la marcha del país y que su ventaja en materia de la lucha contra el terrorismo se ha reducido del 22% al 11%.