Pisándose los talones en los sondeos, que los mostraban empatados a sólo 48 horas de abrirse las urnas, el presidente de EEUU, George Bush, y su rival demócrata, el senador John Kerry, cruzaron ayer a todo gas la nación en una desesperada pugna por no dejar escapar ni un voto, ya que la afluencia electoral terminará decidiendo al vencedor del 2-N, según advierten los especialistas en sondeos. Una gran participación daría la victoria a Kerry y Bush se beneficiaría si ésta es baja.

"Ha sido una campaña larga", comentó Kerry en Dayton (Ohio), donde inició una jornada que le llevaría después a Nueva Hampshire y a Florida para otra frenética tanda de mítines electorales. "En los próximos cuatro años, vamos a trabajar para curar las heridas de este país, para ser una sola América", prometió ante una congregación de votantes negros, un sector que puede inclinar la balanza en estados decisivos como Ohio, Florida, Pensilvania, Michigan y Wisconsin.

MISA EN MIAMI Mientras el senador viajaba de norte a sur, el presidente recorrió el camino inverso, pues inició la jornada en Florida, donde asistió a una misa en la iglesia católica de la Epifanía en Miami, para terminarla en Ohio. "En los próximos cuatro años seguiremos presionando duro para asegurar que el regalo de la libertad finalmente llegue a los hombres y mujeres de Cuba", dijo después en un mitin, ante una multitud de cubano-estadounidenses ferozmente anticastristas que le aplaudieron y respaldaron con gritos de "¡Viva Bush!" en español.

El persistente cortejo de los dos rivales a los votantes de Florida y Ohio obedece a que son las llaves de la Casa Blanca, según los cálculos de los medios de comunicación.

The New York Times consideró que ambos estados, junto con Pensilvania, tienen la clave de la victoria del 2-N, coincidiendo con la agencia AP, que además añadió a esta trilogía otros cinco estados decisivos: Nevada, Wisconsin, Iowa, Minnesota y Nuevo México. Por su parte, The Washington Post limitó a seis estados la batalla final por la presidencia, empezando por Ohio y Florida y abarcando también Wisconsin, Minnesota, Iowa y Nuevo México.

SIN ´EFECTO BIN LADEN´ Ni siquiera la reaparición del temido Osama bin Laden, el pasado viernes, ha logrado alterar la apretada matemática electoral, según afirmó ayer The New York Times. Tras entrevistar a docenas de electores en cinco de los estados más disputados, el rotativo no detectó cambios en la intención de voto como consecuencia del amenazador mensaje en vídeo del responsable del 11-S.

"No tiene ninguna influencia", declaró Jan Hill, una contable de Denver (Colorado) que piensa votar por Kerry. En eso coincidió con Paul Christene, un ingeniero de Walford (Iowa) que apoyará a Bush y rechazó la intromisión del líder de Al Qaeda porque "no tiene nada que ver con las elecciones".

La expectación ante los resultados de las urnas crece a medida que se agota el tiempo para la apertura de los colegios electorales, y dio pie a una batería de quinielas sobre los votos electorales que ya tienen bien atados cada uno de los dos rivales cara a sumar los 270 necesarios para ganar la Casa Blanca. The Washington Post dio ventaja a Bush por 197 votos contra 178 de Kerry, con 163 en disputa. The New York Times cifró en 227 los del presidente y en 225 los del senador, con 86 por decidir.