Con la inauguración el sábado de un monumento en honor a los caídos en la segunda guerra mundial en Washington y la celebración ayer de ese recuerdo a los militares muertos por la patria, EEUU rindió este fin de semana su homenaje a los veteranos de guerra. Pero los actos se vieron oscurecidos por la sombra de una campaña en Irak con un alto coste humano y económico, una guerra que cada vez tiene menos respaldo.

El presidente estadounidense, George Bush, quiso ayer destacar la "decencia" de sus soldados y su servicio "a la causa de la paz", e intentó pasar por alto las torturas en Abú Graib o la desastrosa planificación de la posguerra. Pero que los escándalos no estuvieran en su discurso no los hizo desaparecer.

"AMERICA ES MAS SEGURA" "A lo largo de nuestra historia, América ha sido reticente a ir a la guerra porque hemos conocido los costes de la guerra. Y la guerra contra el terror que estamos librando hoy ha traído sus propios y grandes costes", admitió Bush en un discurso en el cementerio de Arlington, donde rindió un tributo en la tumba del soldado desconocido. "En lugares como Kabul y Kandahar, en Mosul y Bagdad, hemos visto la decencia y el espíritu valiente de los hombres y mujeres que visten el uniforme de este país. Por su valor, América es más segura hoy, dos regímenes de terror han desaparecido para siempre y más de 50 millones de almas viven ahora en libertad", proclamó el presidente.

Sus palabras fueron recibidas con aplausos en Arlington. Pero la realidad es que la decencia de las tropas estadounidenses está en entredicho después de que saliera a la luz el escándalo de las torturas. También lo es que no se han reducido ni un ápice las dificultades de la Administración de Bush para conseguir el respaldo de la comunidad internacional a una campaña que no todo el mundo ve como liberadora, sino motivada por intereses espúreos. Bush, con cifras de apoyo cada vez menores en las encuestas, lo sabe.

El presidente intentará mejorar su precaria situación este fin de semana, cuando viaje a Europa para participar en los actos de celebración del 60 aniversario del desembarco de Normandía. En ese viaje mantendrá reuniones con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, uno de sus aliados, y con el presidente francés, Jacques Chirac.

NUEVA ACUSACION Mientras tanto, nuevos datos incriminan al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, por dar un trato de favor a la empresa que presidió hasta el año 2000, Halliburton. Según un correo electrónico del Pentágono, que tiene fecha del 5 de marzo del 2003 y que publicó ayer Time , el vicepresidente Cheney intervino para adjudicar un contrato multimillonario en Irak a esa empresa, de la que aún cobra 150.000 dólares al año (123.000 euros o 20,4 millones de pesetas).