La Administración de George Bush está dispuesta a "pulir o mejorar" su plan para traspasar el poder político a un nuevo Gobierno iraquí el 30 de junio, pero sigue firme en que ese Ejecutivo se elija a través de asambleas locales y no en elecciones directas, como exige el ayatolá Alí Sistani, líder de los shiís, la comunidad mayoritaria en Irak. En consecuencia, pedirá la ayuda de las Naciones Unidas para que medien ante los dirigentes shiís de Irak.

Esto es lo que se filtró ayer en la Casa Blanca, donde acudió el virrey de EEUU en Irak, Paul Bremer, convocado para discutir con Bush y su plana mayor el espinoso traspaso de la soberanía iraquí.

"Seguimos trabajando sobre la base del acuerdo del 15 de noviembre, que estableció un marco claro para devolver rápidamente la soberanía a los iraquís", dijo ayer el portavoz presidencial, Scott McClellan, mientras Bremer se entrevistaba con la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.

Ante los escollos con que han tropezado sus planes para organizar el nuevo Irak, la Casa Blanca vuelve su mirada a las Naciones Unidas en busca de ayuda para efectuar la transición con su fórmula. Bush quiere que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, envíe un equipo a Irak para convencer a los shiís de que las elecciones directas no son viables o sugerir un acuerdo. Bremer se reunirá el lunes en Nueva York con Annan, junto a una delegación del Consejo de Gobierno iraquí, que dirige Adnan Pachachi.

Frente al rechazo de Sistani a la fórmula estadounidense de seleccionar al Gobierno provisional iraquí por medio de asambleas regionales, Washington sostiene que Irak carece de un sistema para inscribir a los votantes y otras infraestructuras para llevar a cabo elecciones directas en los cinco meses y medio que quedan hasta la transferencia de poderes, como dijo ayer McClellan.

Por tanto, la Casa Blanca quiere que la ONU ejerza su influencia ante Sistani y le convenza para que desista de planes como los expresados por su mano derecha, el jeque Abdel Mahdi al Karbalai, quien amenaza con convocar huelgas.

"La ONU puede ofrecer su experiencia en cuanto a elecciones y diseño de constituciones", subrayó ayer McClellan. Y añadió que EEUU espera que la ONU, sin cuyo permiso lanzó la guerra contra Irak, "pueda volver pronto a ese país" que abandonó tras el atentado contra su delegación en Bagdad, que causó 22 muertos en agosto.

DESTACAMENTO JAPONES Por otro lado, el primer contingente de soldados japoneses emprendió ayer viaje hacia Bagdad para participar en la más importante misión militar japonesa en el extranjero desde el final de la segunda guerra mundial.