El ataque de ayer contra el consulado de EEUU en Yida (Arabia Saudí) ha reforzado la convicción del presidente estadounidense, George Bush, de que deben celebrarse sin retrasos las elecciones en Irak previstas para el 30 de enero, ya que lo contrario sería ceder ante los terroristas. Así lo manifestó ayer el líder de la Casa Blanca al recibir al presidente interino iraquí, Gazi al Yauar.

"Los terroristas quieren que nos marchemos de Arabia Saudí, de Irak, que nos dejemos amedrentar frente a sus matanzas de inocentes; por esta razón son tan importantes las elecciones iraquís", dijo Bush. Además, recordó que si, debido a la creciente violencia, se suspendiera la celebración de los comicios, "se enviaría un mensaje equivocado al mundo y al propio pueblo iraquí".

Al Yauar expresó su apoyo a Bush y se mostró decidido a que las elecciones se celebren sin falta en la fecha prevista. "Ahora mismo nos enfrentamos a los ejércitos de la oscuridad, cuyo único objetivo es minar el proceso político e incitar a la guerra civil en Irak", dijo. La presencia del presidente iraquí en la Casa Blanca constituyó un gesto simbólico, dado que pertenece a la minoría suní, una de las comunidades que exige de forma insistente que se retrasen las elecciones. Al Yauar también es partidario de que las tropas extranjeras sigan en el país tras los comicios.