"¡Peligro, tierra! ¡Peligro, tierra!", dice una voz metalizada. El comandante Markus Johnson tiene menos de un minuto para cambiar el rumbo del avión porque está acer- cándose demasiado a una montaña de Seattle (EEUU). Si no lo hace, el piloto automático tomará las riendas y desviará el aparato.

Johnson está puliendo el sistema bautizado como Paredes blandas , descrito ayer por la cadena de televisión ABC. Desarrollado por la Universidad de Berkeley (California) con asesoramiento de la NASA, el objetivo del sistema consiste en evitar que se pueda repetir la tragedia del 11-S o, al menos, que si los terroristas consiguen entrar en la cabina del piloto, no puedan estrellar el aparato donde quieran.

La idea consiste en crear unos campos de fuerza que protegerán los núcleos urbanos, las centrales nucleares, los edificios gubernamentales o cualquier zona o elemento que se quiera resguardar. Esto se puede hacer facilitando las coordenadas de los objetivos a proteger a los 24 satélites GPS y programando el avión para que si se diera el caso de que el piloto, manualmente, sobrepasa esas paredes virtuales, pierda automáticamente el poder sobre su dirección y sea la máquina la que lo devuelva a la zona en la que puede volar.

"El programa le dice al piloto automático, mediante esta grabación, que debe alejarse de la zona de seguridad que el sistema ha detectado", explica Johnson, mientras el avión deja a un lado una montaña cercana a Seattle. "Ahora, el avión está subiendo y girando a la derecha y yo no estoy haciendo nada. ¡Sin manos!", grita.

Edward Lee, profesor de Berkeley y uno de los inventores del sistema, no sabe cuándo podrá empezar a funcionar el programa Paredes blandas . Honeywell, una empresa que se ha ofrecido a utilizar esta tecnología en un pequeño avión de dos motores, confía en que podrá utilizarse dentro de cinco años.

Este método resultaría menos agresivo que las baterías antiaéreas que rodean algunos edificios gubernamentales en Washington y otras ciudades de EEUU desde el día siguiente a los atentados contra el Pentágono y las Torres Gemelas de Nueva York.

Los pilotos, en contra

Honeywell, y también Boeing, están a favor de adoptar el programa Paredes blandas (la NASA también está haciendo campaña para convencer a todas las partes), pero, pese a lo que se podría pensar, las asociaciones de pilotos estadounidenses no son partidarias de ponerlo en marcha.

El gremio está en contra de perder el control del avión. "No queremos un sistema al que nosotros no podemos corregir en caso de equivocación", afirma Duane Woerth, presidente de la Asociación de Pilotos de Línea estadounidense. "Los pilotos nos equivocamos, pero las máquinas se estropean todavía más a menudo".

Según Lee, los pilotos han tenido durante demasiados años "la autoridad total" en el avión y por eso son tan "reacios" a perder su poder, pero asegura que este sistema es, por ahora, el que menos se "inmiscuiría" en su trabajo.