Hong Kong vive este lunes una huelga general histórica. Ha habido huelgas sectoriales en los últimos años pero ninguna general desde la época colonial y se entiende que esta jornada medirá el apoyo popular a unas protestas que alcanzan ya las nueve semanas. Las primeras horas del paro total han llevado el caos a la ciudad. El paro, convocado a través de las redes sociales por trabajadores de una veintena de sectores, ha dejado varias líneas de metro sin funcionar y está provocando retrasos y cancelaciones de vuelos. Esta situación supone una vuelta de tuerca más en la crisis política que vive la ciudad.

Ocho líneas de metro han dejado de funcionar total o parcialmente en la mañana de este lunes, entre ellos la línea que conecta Hong Kong con el aeropuerto, donde a las 10.00 hora local (05.00 horas de la madrugada del lunes en España), 230 habían sido cancelados, según el diario hongkonés 'South China Morning Post'. Otros muchos presentaban largos retrasos.

Con miles de pasajeros en los andenes desde primera hora de la mañana, el Departamento de Trabajo del Gobierno de Hong Kong ha pedido a las empresas que sean comprensivas con sus trabajadores. "Para los empleados que no puedan llegar a tiempo al trabajo debido a las condiciones del tráfico y los servicios de transporte público, los empleadores deberían mostrar la comprensión necesaria debido a las circunstancias", ha señalado un portavoz ministerial.

Miles de personas de una veintena de sectores --entre ellos trabajadores del sector financiero, de los medios de comunicación o de compañías aéreas-- se han sumado al paro, mientras que una fuente gubernamental ha confirmado que muchos empleados habían pedido el lunes como día de asuntos propios o habían informado de una baja por enfermedad.

TENSA COMPARECENCIA DE CARRIE LAM

La jefa del Gobierno hongkonés, Carrie Lam, ha comparecido en una tensa rueda de prensa en la que ha alertado contra la violencia que "ha ido aumentando", ha subrayado que las protestas "han ido más allá de la propuesta de ley de extradición" y ha advertido de que la magnitud de las manifestaciones" ha minado seriamente el imperio de la ley en Hong Kong, llevando a la ciudad al límite".

Lam ha reiterado su intención de permanecer en el cargo y, frente a las críticas de brutalidad policial, ha pedido comprensión por la "tremenda presión" que las fuerzas del orden soportan desde hace nueve semanas, cuando comenzaron las protestas. "El Gobierno espera que, al tiempo que expresan sus demandas, los manifestantes cumplan la ley y respeten los derechos de otros miembros del público", ha apuntado el Ejecutivo en un comunicado emitido el domingo en previsión de lo que pueda suceder este lunes.

El objetivo de la huelga, que abarca toda la ciudad, es presionar al Gobierno para que responda a una serie de demandas que, en origen, consistían solo en la retirada de una controvertida propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, habría permitido a Pekín acceder a "fugitivos" refugiados en la ciudad.

Las actuales demandas incluyen la retirada completa del texto, una investigación en profundidad sobre la brutalidad policial a la hora de reprimir las protestas y la puesta en práctica del sufragio universal.

La huelga llega después de un intenso fin de semana de protestas, el noveno consecutivo, que ha dejado varias decenas de detenidos y nuevos enfrentamientos entre el sector más violento de los manifestantes y la policía, que incluyeron el uso de gas lacrimógeno por parte de los agentes.