Las turbulentas elecciones en el estado de Florida, que en el 2000 dieron la Casa Blanca a George Bush por sólo 537 votos tras cinco semanas de discutidos recuentos, probablemente se repitan el próximo 2 de noviembre, cuando se enfrenten Bush y el demócrata John Kerry, ya que las reformas realizadas no han sido suficientes para corregir las irregularidades electorales en ese estado, advirtió ayer el expresidente demócrata Jimmy Carter.

"La repetición de los problemas del 2000 parece probable", denunció el veterano y prestigioso político, experto en vigilar la limpieza electoral en todo el mundo. En Florida no existen "condiciones internacionales básicas para una elección justa", sostuvo en un artículo en The Washington Post . El expresidente cita dos requisitos: la existencia de una comisión o un funcionario electoral independiente que organice los comicios y la uniformidad en la votación, de modo que todos los sufragios se depositen y recuenten de igual modo.

Junto al expresidente republicano Gerald Ford, Carter presidió un grupo de expertos que emitió recomendaciones para corregir las irregularidades electorales en Florida tras las presidenciales del 2000. La disputa se cerró cuando el Tribunal Supremo de EEUU decidió por 5 votos contra 4 detener los recuentos, dando así la Casa Blanca a George Bush.

Pero las recomendaciones correctivas más importantes "no se han puesto en marcha por falta de fondos o por disputas políticas", explicó Carter. Dada la imposibilidad de aplicarlas, el expresidente consideró que el "único recurso" es aplicar "el máximo escrutinio público al sospechoso proceso" electoral de Florida.

PARTIDISMO DE JEB BUSH Carter arremetió también contra el partidismo de Jeb Bush, gobernador de Florida y hermano del presidente: "No ha dado ningún paso para corregir las violaciones de los principios de tratamiento igual y justo de los votantes", denunció Carter. Como ejemplo, citó el "chapucero intento" de privar del voto a 22.000 negros, probables votantes demócratas, por tener historial delictivo, pero por la misma razón sólo se descalificó a 61 hispanos, minoría que se inclina por los republicanos.

El expresidente denunció las conexiones republicanas de Glenda Hood, secretaria de Estado de Florida que en el 2000 trabajó para Bush. Hood "ha jugado un papel capital para inscribir como candidato a Ralph Nader", que aspira a la Casa Blanca por el Partido de la Reforma, "sabiendo que dos tercios de sus votos fueron a expensas de Al Gore". De hecho, continuó Carter, Hood "ordenó que se incluyera el nombre de Nader en las papeletas de voto para residentes ausentes antes de que el Supremo se pronunciase".