Los observadores del referendo que el pasado domingo confirmó a Hugo Chávez como presidente de Venezuela, el Centro Carter y la Organización de Estados Americanos (OEA), seguían ayer sin hallar ningún elemento de falsificación, pero no lograban disipar la convicción opositora de que el revocatorio culminó con un gran "megafraude".

El expresidente de EEUU Jimmy Carter aseguró, junto al presidente de la OEA, César Gaviria, que las "pequeñas disparidades" halladas al cotejar máquinas y papeletas en una nueva auditoría no eran "suficientes como para cambiar los resultados". La oposición señaló que, en estas circunstancias, no puede acudir a las elecciones regionales de septiembre.

Las urnas de cartón de 150 mesas electorales escogidas al azar fueron trasladadas del Fuerte Tiuna a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) para ser sometidas a una auditoría pública y comprobar que, efectivamente, las papeletas que contienen coinciden con los resultados de las máquinas automáticas que las escupieron. Sin embargo, esa verificación se complicó con una nueva disputa: la oposición rechazó participar en la auditoría --no acepta el sistema de control-- y señaló que las mesas que habría que cotejar son las que arrojaron resultados extrañamente similares, ya que el supuesto fraude se cometió con una manipulación anticipada de las máquinas, que se "programaron para que el a la revocación de Chávez tuviera un tope determinado". En distintas máquinas, el obtuvo 133 votos.

Carter afirmó que el argumento de la Coordinadora Democrática resultaba "bastante vago". Los cacerolazos volvieron a resonar en la capital como muestra de rechazo no sólo a Chávez, sino también a los observadores internacionales. El presidente de Alianza Bravo Pueblo, Antonio Ledezma, llamó a los electores a "salir a la calle y defender el voto a través de la protesta continua y pacífica".

TIROTEO MORTAL Los enfrentamientos verbales entre seguidores y detractores de Chávez mermaron ayer en la calle, si bien un estudiante murió y otro estaba grave después de que unos desconocidos les dispararan en Caricuao, al este de la capital, cuando iban en un coche celebrando la victoria del no .