EEUU acepta el uso de declaraciones bajo tortura para mantener encarcelados a presos en su base cubana de Guantánamo, a pesar de que este tipo de pruebas son rechazadas por los tribunales estadounidenses desde hace 70 años, explicó el jueves el fiscal general adjunto, Brian Boyle.

Durante una audiencia en Washington ante el juez federal Richard Leon en la que se abordó una demanda de presos de Guantánamo, Boyle afirmó que EEUU nunca rechazaría declaraciones que pudieran prevenir atentados como el 11-S, aunque se hubieran logrado en otro país por medio de torturas. "No creo que en Guantánamo se haya producido nada cercano a la tortura", añadió, sin embargo, Boyle, pese a que la Cruz Roja equiparó a la tortura el trato a los detenidos en esta base.

Tribunales militares de EEUU están revisando la situación de los detenidos, y un grupo de 59 ha denunciado su encarcelamiento sin ninguna acusación, basado únicamente, en algunos casos, en declaraciones conseguidas bajo tortura.

Mientras, George Bush encontró sustituto para Tom Ridge. Bernard Kerik, jefe de la policía de Nueva York cuando ocurrió el 11-S, será secretario de Seguridad Interior. Bush también deberá nombrar un secretario de Sanidad, ya que ayer dimitió su titular, Tommy Thompson.