Qué efecto tendrá el ataque terrorista de Estrasburgo y las medidas anunciadas por Emmanuel Macron sobre el movimiento de protesta de los chalecos amarillos? A pesar de que se multiplican los llamamientos a la responsabilidad, los bloqueos continúan y muchos mantienen la intención de desfilar por quinta vez en los Campos Elíseos el próximo sábado.

El Gobierno no ha decretado el estado de emergencia después del atentado y por lo tanto el derecho de manifestación se mantiene en todo el país, salvo en Estrasburgo, donde la prefectura regional ha prohibido las concentraciones hasta nuevo aviso por razones de seguridad.

En busca de la normalidad

El secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, ha dicho en France Inter que confía en que haya un menor seguimiento de las convocatorias a manifestarse. "Llega un momento en el que hay que recuperar la normalidad", ha señalado. El presidente de Los Republicanos, el conservador Laurent Wauquiez, también se ha mostrado partidario de una tregua.

La líder ultraderechista, Marine Le Pen, en cambio, piensa de otra manera. "No nos pueden decir, en una democracia como Francia, que no se puede uno manifestar porque existe una amenaza terrorista", ha indicado en BFMTV.

En un registro similar se ha expresado el líder de la Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon. "Los chalecos amarillos, los jóvenes, no tienen ninguna responsabilidad en esta situación terrible de Estrasburgo. En consecuencia, es desafortunado asimilar los unos a los otros o querer intimidar a unos con los actos horribles de otros", ha señalado en un vídeo colgado en su cuenta de Twitter.

Reunión con las empresas

Por otro lado, después de haber acordado con el sector bancario la congelación en el 2019 de los gastos que las entidades financieras aplican a sus clientes, Macron se ha reunido este miércoles en el Elíseo con los responsables de las grandes empresas francesas para estudiar las modalidades de aplicación de las pagas extraordinarias de fin de año, una de las medidas que el presidente francés anunció para calmar la revuelta.

Macron ha pedido a las empresas contribuir al esfuerzo del Estado para salir de una situación que ha calificado de "estado de emergencia económica y social" y requiere que las grandes compañías asuman su responsabilidad y arrimen el hombro. De momento, la petrolera Total se ha comprometido a abonar una paga excepcional de fin de año de 1.500 euros a todos sus empleados en Francia.