Letonia, Malta, la República Checa e Italia fueron los cuatro estados que ayer celebraron el tercer día de las macroelecciones europeas. Los resultados oficiales no se tendrán hasta esta noche, pero los sondeos a pie de urna ya dieron ayer algún disgusto a las formaciones en el poder. En Praga, el opositor, de derechas y euroescéptico Partido Democrático Cívico consiguió el 30% de los sufragios, frente al 11% que lograron los socialdemócratas del CSSD, del primer ministro, Vladimir Spidla. Incluso los comunistas, muy hostiles a la Unión Europea, también los superaron, con un 17% de las papeletas.

Spidla destacó el varapalo sufrido por su gabinete de coalición (integrado por socialdemócratas, democristianos y liberales), atribuido a la "erosión a mitad de una legislatura compleja" y a la baja participación. De los 8,2 millones de checos citados a las urnas, tan sólo ejercieron su derecho a voto el 27% de ellos, con una abstención muy por encima de lo que se esperaba (43%). En el referendo de adhesión, hace un año, la participación fue del 55,2%.

En Letonia, la primera exrepública soviética en votar en esta consulta, 1,4 millones de electores debían elegir a nueve eurodiputados. Sólo el 38% de ellos votaron.

Malta, el país más pequeño de la Unión, dispondrá de cinco asientos en el Parlamento. Sus ciudadanos puede que batieran ayer el récord de participación. Los sondeos auguraban que el 80% de los 300.000 electores acudirían a las urnas. El desenlace, esta noche.

IRLANDA Además del de Praga, otro partido en el Gobierno también ha salido muy perjudicado de estas elecciones. Se trata del Fianna Fail, encabezado por el primer ministro irlandés, Bertie Ahern. Irlanda celebró las europeas el viernes, junto con las locales. Según el primer recuento de votos de las municipales, ha caído un 10% en algunas zonas. De acuerdo con la Radiotelevisión pública, esos primeros datos sugieren también que el Sinn Féin, brazo político del IRA, puede lograr avances importantes.