China suma un mes sin contagios locales, prepara las vacunaciones en masa y su consumo interno ha subido por primera vez desde los días más crudos de la pandemia. El número de infectados se desboca en el mundo, levantadas ya las cuarentenas más estrictas y con la amenaza de rebrotes con el frío, mientras China corre hacia la salida y disfruta de una nueva normalidad que se asemeja mucho a la anterior.

Los chinos podrán ser vacunados en noviembre o diciembre, ha adelantado hoy el Centro de Control de Enfermedades y Prevención. Su jefa de bioseguridad, Wu Guizhen, ha desvelado que no ha padecido ningún efecto secundario ni dolor reseñable desde que fuera inyectada en abril. Esperamos que sea efectiva durante un periodo de uno a tres años () pero los resultados deben de ser observados durante un tiempo más largo, ha afirmado en la televisión pública.

China se adelantará, si se cumplen los planes previstos, a los pronósticos más optimistas de la OMS y del grueso de expertos. Fue la primera en sufrir la pandemia y en investigar la cura y será también la primera en blindar a su población. Cinco de las nueve vacunas que ya han entrado en la tercera y última fase de pruebas son chinas, según la OMS. En su búsqueda converge el músculo público con la iniciativa privada.

La farmacéutica nacional, Sinopharm, está desarrollando tres vacunas junto a la compañía Sinovac, mientras la empresa privada CanSino Bilogics se ha aliado con el Ejército para sacar adelante la cuarta. Wu no aclaró cuál de ellas será la elegida para la inminente campaña de vacunación. También está en pruebas un espray nasal que desarrolla la Universidad de Hong Kong con investigadores del interior.

MAYOR PRODUCTORA

La producción en masa no será problemática para la fábrica global. China es la mayor productora del mundo, con una cuarentena de empresas y una capacidad anual conjunta de mil millones de dosis en condiciones normales. Servirían para cubrir a los dos tercios de la población nacional y no es improbable que el Gobierno ordene agilizar la producción como ocurrió con las mascarillas y el resto de material de protección meses atrás.

De ahí también saldrán las que el presidente, Xi Jinping, ha prometido a Latinoamérica, África y el sudeste asiático, junto con créditos blandos para pagarlas. Será nuestro regalo para el mundo, aclaró Xi. Dos plantas ya han recibido la aprobación para producir la vacuna y en breve se la concederá a la tercera, ha desvelado Wu.

China empezó en junio las vacunaciones en militares y en los gremios más expuestos como médicos y funcionarios aduaneros. La hoja de ruta prevé ampliarlas a los mercados de alimentos, el sector de servicios y el transporte para crear un cinturón de inmunidad antes de ampliarla al resto.

El anuncio coincide con la ausencia de infecciones locales en un mes. La decena de contagios corresponden a chinos regresados del extranjero y que fueron detectados en los tests practicados en el aeropuerto o en la preceptiva cuarentena de dos semanas, cumplida normalmente en un hotel y sin posibilidad de abrir la puerta de la habitación más que para recoger la bandeja de comida.

Los últimos rebrotes, localizados en la ciudad costera de Dalian y en la provincia oriental de Xinjiang, fueron sofocados con prontitud. En estos momentos sólo cabe consignar un pequeño foco en Ruili, una ignota ciudad cercana a Myanmar, causado por dos birmanos que cruzaron ilegalmente la porosa frontera. Las autoridades han sellado la ciudad y ordenado el encierro domiciliario, practican tests a los 200.000 habitantes, han confiscado barcos y aumentado las patrullas nocturnas.

La drástica fórmula china, que busca la aniquilación inmediata de la pandemia y no su control, ha devuelto escenas que en otra latitud serían insensatas. Por las calles se ven cada vez más chinos con la cara desnuda y en las zonas de ocio se juntan multitudes. El regreso de lo más parecido a la normalidad que se ventila hoy en el mundo sigue traduciéndose en la economía. China ha anunciado que las ventas minoristas, el indicador más fiable del consumo interno, subieron al fin en agosto.