China ha condenado a Meng Hongwei, exdirector de la Interpol, a 13 años y medio de cárcel por corrupción. La sentencia del Tribunal de Tianjin finiquita la rocambolesca y mediática historia de uno de los hombres más poderosos de China y cuya elección para dirigir la policía global fue glosada por Pekín como el reconocimiento global a su sistema legal.

Meng, que también tendrá que pagar una multa de dos millones de yuanes (260.000 euros), ha sido condenado por recibir sobornos de 14,5 millones de yuanes (1,9 millones de euros) mientras ejercía de director de la Policía Marítima en China. Se trata de uno de las presas más pesadas de la campaña contra la corrupción del presidente chino, Xi Jinping, quien ya advirtió años atrás de que caerían tigres y moscas.

"COMPLICIDAD"

Meng había sido una de las personas más poderosas de China. Era el segundo del Ministerio de Seguridad Pública cuando en el 2016 fue elegido para dirigir la Interpol a pesar de que muchos alertaron de que el organismo bajo su égida podría perseguir a disidentes políticos chinos o uigures por el mundo. No ocurrió eso y, dos años después, desapareció tras aterrizar en Pekín desde Lyon.

Su esposa denunció que carecía de noticias de él desde que recibió en su móvil un mensaje con el emoji de un cuchillo. La policía francesa abrió una investigación sobre el paradero de Meng y Pekín admitió horas después que estaba en su poder en una sucinta nota. El ministerio aclaró el día siguiente que estaba siendo investigado por aceptar sobornos y que la culpa de la detención era estrictamente suya por su tozudez en hacer las cosas a su manera. Su esposa ha denunciado a la Interpol ante el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya por no haber protegido a su familia y por complicidad en los actos ilegales cometidos por un país miembro como China.

No hay acuerdo sobre las razones de la detención de Meng. Algunos apuntan a sus vínculos con Zhou Yongkang, exministro de Seguridad y hoy condenado a cadena perpetua por corrupción. Otros sugieren que Meng desatendió las peticiones de Pekín para que usara su cargo para perseguir a los individuos incómodos.