China ha lanzado este jueves su primera misión espacial a Marte, apuntándose así a la pugna mundial por liderar la carrera aeroespacial y en una muestra de su poderío tecnológico y su ambición. A las 12.41 hora local (05.41 horas en España), el Long March 5 Y-4, el mayor cohete chino, despegó del centro espacial de Wenchang, situado al sur de la isla de Hainan, llevando a bordo la primera sonda que explorará el planeta rojo.

Se trata esta de una misión complicada que simboliza sus crecientes ambiciones espaciales frente a Estados Unidos --la NASA tiene previsto lanzar su sonda a Marte la semana que viene--, en medio de un deterioro de las relaciones diplomáticas entre las dos potencias.

La misión, bautizada con el nombre de Tianwen-1 ('Preguntas al cielo-1'), transporta una sonda compuesta de tres elementos: un orbitador de observación (que girará alrededor del planeta rojo), un aterrizador (o lander) y un robot de control remoto (que se encargará de analizar el suelo marciano).

RIVALIDAD CON EEUU

Si tiene éxito, el lanzamiento hará ganar en prestigio a Pekín respecto a Washington, que acaba de ordenar el cierre del consulado chino en Houston, el último episodio de la intensa rivalidad entre los dos gigantes del Pacífico.

China no ha sido la única en querer enviar una sonda a Marte recientemente. Emiratos Árabes Unidos propulsó la suya ('Esperanza') este pasado lunes y Estados Unidos lanzará una ('Marte 2020') el 30 de julio.

Las potencias espaciales aprovechan la distancia reducida actual entre la Tierra y el planeta rojo. Y aún así es de unos 55 millones de kilómetros, el equivalente de casi 5.000 viajes de ida y vuelta entre París y Nueva York. La sonda china tardará unos siete meses en recorrer este trayecto. Se prevé que llegue en febrero de 2021 al campo gravitatorio de Marte.

EEUU RELATIVIZA

Tianwen-1 es "similar a las misiones estadounidenses Viking de los años 1975-1976" en términos "de escala y ambición", ha valorado Jonathan McDowell, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, en Estados Unidos. "No creo que haga nada significativo en comparación con los logros estadounidenses", ha dicho refiriéndose a las múltiples sondas y robots enviados a Marte por la NASA y restando importancia a la misión china.

El país asiático ha estado mucho tiempo al margen de la competencia espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría, y está recuperando su retraso. Envió a su primer hombre al espacio en el 2003, hizo aterrizar pequeños robots (los 'Conejos de Jade') en la Luna en 2013 y 2019 y en junio completó la constelación de satélites de su sistema de navegación Beidou, rival del GPS estadounidense.

LA CONQUISTA DE MARTE

Su misión marciana es el siguiente gran paso del programa, que también prevé la construcción de una estación espacial de aquí a 2022.

"El hecho de que China se una (a la conquista de Marte) cambiará la situación actual dominada por Estados Unidos desde hace medio siglo", opina Chen Lan, analista del sitio GoTaikonauts.com, especializado en el programa espacial chino. "Desde el punto de vista de toda la humanidad, es algo positivo".

Según los expertos, la experiencia de China en la Luna le será muy útil para Marte. "Pero la distancia mucho mayor significa (...) que hay que hacer las cosas más lentamente, porque el tiempo del recorrido de ida y vuelta de la señal de radio es importante", destaca Jonathan McDowell.

"Y necesitamos una estación más sensible en la Tierra porque las señales serán mucho más débiles", subraya, apuntando asimismo el riesgo de fallos durante el viaje.

MISIONES FRACASADAS

De hecho, la mayoría de las más de 40 misiones soviéticas, estadounidenses, europeas, japonesas o india lanzadas al Planeta Rojo desde 1960 se ha saldado con un fracaso.

En 2011 China ya intentó conquistar Marte con su sonda Yinghuo-1 ('Luciérnaga-1') colocada en una nave espacial rusa que sufrió una avería. "Si (la nueva sonda) aterriza de forma segura en la superficie marciana y devuelve la primera imagen, Tianwen-1 ya será un éxito", estima Chen Lan.

China es prudente tras encajar varios fracasos en 2020, con lanzamientos fallidos y la desintegración de una cápsula espacial a su vuelta a la Tierra.