Mientras la cifra de civiles muertos crece sin freno desde que el jueves tropas del Ejército de Israel lanzaran una ofensiva terrestre en la franja de Gaza para destruir infraestructuras del brazo armado de Hamás, la diplomacia en busca del ansiado alto el fuego parece volver a rodar, aunque con ritmo lento.

La artillería, la aviación y la marina de guerra israelí han proseguido este sábado con su intenso castigo a la franja, tras una de la noches más cruentas y demoledoras de los 12 días de ofensiva bélica, en la que murieron más de una treintena de personas. Este sábado han muerto al menos 46 personas. Con estas nuevas muertes, son ya al menos 342 los palestinos (tres cuartas partes de ellos civiles) que han fallecido en bombardeos desde que el pasado 8 de julio comenzara la operación 'Filo Protector'.

Además, dos soldados israelís han muerto en combates con milicianos cerca de la frontera, lo que eleva a tres las bajas militares de Israel después de que el jueves muriera un comandante por "fuego amigo de artillería".

Frustrada infiltración en Israel

En un comunicado, el Ejército ha confirmado esta batalla y ha informado de que desde que empezó la operación terrestre el jueves por la noche ha matado a unos 70 milicianos, 20 de ellos en las últimas 24 horas, y ha detenido a 13. Además, ha destruido "450 objetivos terroristas", en referencia a las lanzaderas de cohetes y a los túneles que entran en Israel, que dice son su principal preocupación.

A este respecto, las Fuerzas Armadas israelís han asegurado haber frustrado este sábado un intento de infiltración de un comando islamista a través de uno de estos túneles subterráneos, el segundo desde el inicio de la operación militar.

Por su parte las milicias islamistas han continuado lanzando decenas de cohetes contra Israel, que esta mañana causaron la muerte de un beduino en la zona del desierto del Neguev.

Crisis humanitaria

La ONU ha vuelto a alertar del rápido agravamiento de la crisis humanitaria después de que la cifra de desplazados internos en Gaza superara los 50.000 y desbordará sus previsiones.

Ante todo este panorama, la diplomacia internacional parece estar librando una partida de ajedrez en el ensangrentado tablero de Gaza, con Israel como martillo y la ONU como convidado de piedra. Egipto, tradicional mediador y a quien ha recurrido una vez más el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas, ha destacado que su plan de alto el fuego, aceptado por Israel y rechazado por Hamás "sigue aún vigente sobre la mesa".

"Esta iniciativa todavía representa una oportunidad para las dos partes de alcanzar un alto el fuego y detener el derramamiento de sangre", ha dicho el jefe de la diplomacia egipcia, Sameh Shukri, tras una reunión en El Cairo con su colega francés, Laurent Fabius. ""Consideramos que incluye las necesidades de las dos partes. Y por eso lo mantenemos. Esperemos que las dos partes lo acepten", ha insistido.

Mediación de Catar y Turquía

Su mensaje no ha calado en Hamás, cuyo portavoz, Sami Abu Zuhri, ha zanjado; "la iniciativa de Egipto esta muerta. Se está forjando otra a través de otros dos negociadores", ha dicho sin detallar a qué negociadores se refería, aunque muy probablemente esos dos nuevos actores son Catar y Turquía, dos de los países que buscan acumular influencia regional en la zona tras el hundimiento de potencias tradicionales a casa del fracaso de las llamadas primaveras árabes.

A estos esfuerzos diplomáticos se ha unido el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que este sábado ha llegado a Israel para tratar de convencer a las partes. Fuentes diplomáticas en Jerusalén aseguran el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está ya listo, después de que la incursión terrestre haya fortalecido su posición frente a la derecha más dura y el número de objetivos alcanzados se pueda presentar como una victoria sin grandes bajas.

Abu Zuhri, por su parte, ha afirmado que el resto de las milicias están unidas en torno a Hamás y que seguirán los pasos de éste.