La carrera electoral hacia la Casa Blanca inició ayer, Día del Trabajo, su recta final con un cambio de estrategia del candidato demócrata, John Kerry, quien para salvar la distancia que le separa de su rival, el presidente George Bush, no tuvo reparos en recurrir al consejo de Bill Clinton, internado desde el viernes en un hospital de Nueva York. Desde su cama del Hospital Presbiteriano, el expresidente le recomendó remodelar su campaña e incorporar a varios de sus antiguos asesores, corresponsables en sus éxitos electorales.

Ayer, Clinton fue sometido a una intervención quirúrgica de corazón de la que se recupera sin problemas, informó su esposa, la senadora Hillary Rodham Clinton. El expresidente, de 58 años, fue hospitalizado el viernes a causa de un dolor en el pecho y deficiencias respiratorias, pero ello no le impidió hablar dos veces por teléfono con Kerry para ayudarle a diseñar su nueva estrategia.

Después de meses de empate técnico, la ventaja de 11 puntos a favor de Bush que indican las encuestas forzó a Kerry a poner en práctica una serie de cambios. Entre los más relevantes está el ascenso del respetado John Sasso, quien se convierte en asesor principal del candidato demócrata para los actos de campaña. Además, se incorporan al equipo el exasesor de prensa de Clinton Joe Lockhart y Doug Sosnik, antiguo director político de la Casa Blanca.

IRAK Y LA ECONOMIA Según fuentes demócratas, Clinton recomendó a Kerry que se muestre más agresivo con la administración de Bush y haga hincapie en los datos económicos y en la situación en Irak. El expresidente coincide así con el análisis efectuado por otros destacados demócratas, quienes aseguran que Kerry debe abandonar las referencias a su pasado en Vietnam y centrarse en cuestiones donde el presidente es más vulnerable, como la economía y el bienestar social.

Dos sondeos de opinión realizados para las revistas Time y Newsweek coinciden en adjudicar a Bush una intención de voto del 52%, el 41% a Kerry y el 3% al candidato ecologista independiente Ralph Nader. Otra encuesta de Time indica que dos tercios de los estadounidenses creen que la marcha de la economía es mala o mediocre, y el otro tercio que es buena o excelente.