La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, tildó de "cobardes", "terroristas" y "traidores" a los manifestantes opositores que, según ella, mataron a un militante sandinista hallado muerto casi un año después de haber sido denunciada su desaparición.

Murillo, esposa del presidente del país, Daniel Ortega, dijo a través de medios oficiales que Bismarck Martínez, un trabajador de la Alcaldía de Managua considerado como desaparecido desde junio de 2018, hallado en una fosa la semana pasada y cuya identidad se confirmó hoy, fue asesinado por criminales.

La versión del Gobierno es que Martínez fue secuestrado, torturado y asesinado por un grupo de manifestantes opositores que bloquearon la carretera en Jinotepe, ciudad del departamento sureño de Carazo, entre junio y julio de 2018.

Murillo calificó a los responsables de "terroristas" y "traidores", y les acusó de haber pretendido "enterrar para siempre" el cuerpo de Martínez "sin que pudiese su familia darle cristiana sepultura".

"Durante meses toda su familia y nuestros hermanos militantes, combatientes (sandinistas), buscaron a Bismarck en nuestra tierra sagrada, en los potreros, en los campos donde nos decían que los cobardes y traidores, los terroristas lo habían ido a tirar, luego de las abominables torturas que pudimos presenciar en los vídeos que ellos mismos subieron pretendiendo humillarnos", señaló.

"Pero ni pudieron ni podrán. No es con odio, no es con perversidad, no es con ritos diabólicos que van a vencer la fe, la esperanza, la confianza y el buen corazón de los nicaragüenses", agregó.