"Lluvia de denuncias", ha dicho Radio Caracol sobre las nueve horas de encendida discusión en el Congreso de Colombia sobre los posibles vínculos del expresidente Álvaro Uribe Vélez con narcotraficantes y grupos paramilitares de extrema derecha que han sido responsables de la muerte de miles de colombianos. El debate había sido convocado por el diputado del Polo Democrático (izquierdas) Iván Cepeda, cuyo padre fue asesinado por una de esas facciones armadas. Uribe, cuyo padre también fue víctima fatal, pero de la guerrilla, ha denunciado una conspiración en su contra de la que el actual presidente del país, Juan Manuel Santos, no sería ajeno. "Aquí hay el propósito de investigar a Uribe para actuar a favor de los gobiernos del terrorismo", ha dicho Santos, ahora senador. "El Congreso de la República quedó fracturado", ha señalado por su parte la revista 'Semana'.

Uribe, que fue presidente entre el 2002 y el 2010, y habría seguido en el poder si el Tribunal Supremo no hubiera impedido una maniobra política. Entonces rompió con Santos y formó un partido, de Centro Democrático, aunque es bien de derechas, con el que busca minar el proceso de paz que el actual Gobierno lleva adelante con las FARC.

El exmandatario, quien se ha negado incluso a validar la victoria electoral de Santos que le dio el derecho a un segundo período, ha llegado este miércoles al Congreso blindado por sus correligionarios pero abandono rápidamente el pleno. "Huir por los pasillos del Congreso para evadir un debate es un espectáculo lamentable que es solo es comprable metafóricamente con una sanguijuela huyendo por una alcantarilla", ha señalado la diputada verde Claudia López.

DEBATE DOLOROSO

La televisión ha seguido la riña parlamentaria como si fuera un culebrón. Pero lo que se ha debatido es serio y doloroso. El diputado Cepeda, del Polo Democrático, es hijo del asesinado dirigente Manuel Cepeda Vargas, que falleció en un crimen cometido por paramilitares en complicidad con miembros de la fuerza pública.

Cepeda ha presentado documentación escrita y audiovisual alusiva a la carrera de Uribe. Cada paso, según el parlamentario, exhibe marcas que la justicia debería dilucidar y que llevan por los caminos de Pablo Escobar y el paramilitarismo.

Uribe no lo ha escuchado. Cuando Cepeda ha acabado su exposición, el expresidente volvió entrar al hemiciclo. Ha calificado de mentiroso y aliado de la insurgencia a su oponente y ha considerado que el debate ha sido un acto de linchamiento. El exjefe de Estado ha rechazado que se le relacione con el polémico 'hacker' Andrés Sepúlveda, quien interceptó las conversaciones entre los representantes de Santos y las FARC en La Habana. "El único 'hacker' que yo necesito es el 'hacker' de mi afecto por mis colombianos, para interceptar el corazón de mis compatriotas y meterme en ese corazón por siempre", ha dicho Uribe en tono melodramático.

"TRISTE ESPECTÁCULO"

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ha afirmado que Uribe ha ofrecido un "triste espectáculo". Jimmy Chamorro, diputado del Partido de la U (oficialismo), ha sido más duro: ha anunciado acciones legales contra el expresidente después de que este le acusara de haber recibido dinero del narcotráfico. Hollman Morris, el gerente del canal televisivo Capital, también ha anunciado una querella contra Uribe por haber vinculado a ese medio con la guerrilla.

López, que a lo largo de su carrera política ha desenmascarado la llamada "parapolítica", como se conocen las relaciones entre congresistas y estos grupos armados, ha instado a Uribe a reconocer sus acciones como contribución al entendimiento nacional. "Yo no quiero verlo con grilletes en un cárcel, eso imposibilitaría la paz en Colombia, pero tampoco quiero ver al señor Timochenko (jefe de las FARC) pudriéndose en una cárcel 40 años. Lo que tenemos es que reconocer y pasar esto a tribunales y comisiones de la verdad que nos pueda sacar de este lío", ha señalado. Después del debate, Colombia está aún más dividida.