Las autoridades de Kiev y los líderes separatistas del este de Ucrania intercambiaron ayer acusaciones sobre la responsabilidad en la tragedia del Boeing 777 de Malaysia Airlines. Las autoridades rusas, mientras tanto, observaron un estricto silencio. El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, desde el primer momento dejó claro que no se había tratado de un accidente, sino de un «acto terrorista».

Kiev responsabilizó a las milicias prorrusas de lo ocurrido. «No es un accidente, ni una catástrofe, sino un atentado terrorista», citó al líder ucraniano en Twitter su portavoz, Sviatoslav Tsigolko. Sin embargo, la declaración oficial de la presidencia ucraniana, aunque descartaba su participación en los hechos, fue mucho más prudente: «No descartamos que este avión también fuera derribado y subrayamos que el Ejército ucraniano no ha emprendido acciones algunas contra objetivos aéreos».

El Servicio de Seguridad de Ucrania colgó en Youtube una comunicación que habría interceptado en la que un supuesto comandante prorruso informa a su superior del derribo de un avión de pasajeros. El superior se pregunta que hacía el aparato en Ucrania.

Misiles Buk

Por su parte, las milicias prorrusas informaron de que el Ejército ucraniano envió a la región de Donetsk una unidad de misiles tierra-aire Buk, capaces de derribar un avión a una altura superior a los 10.000 metros. La República Popular de Donetsk no dispone de semejantes armas, dijo a esta agencia el primer ministro de esta autoproclamada república, Alexandr Borodái. No obstante, a finales de junio, los rebeldes prorrusos habían anunciado a bombo y platillo que se habían hecho con una batería antiarérea ucraniana equipada de este tipo de misiles Buk.

El viceprimer ministro de la autoproclamada república de Donetsk, Andrei Purguín, dijo que los militares ucranianos pudieron haber derribado el Boeing al considerarlo un avión espía ruso. «Ucrania tenía muchas ganas de derribar un avión espía ruso y por fin derribó un objeto que en realidad fue un avión de pasajeros que no sabía que Kiev había cerrado el espacio aéreo (sobre la zona de la operación especial en el este del país)», dijo Purguín a la televisión rusa.

Una fuente del Ministerio de Defensa de Rusia descartó la implicación de su Fuerza Aérea y aseguró que «aviones de combate rusos no han realizado vuelos en las regiones limítrofes con la zona de Donetsk». Algunos medios de comunicación rusos llegaron a avanzar que lo que en realidad pretendían los ucranianos era derribar el avión en que viajaba el presidente ruso, Vladimir Putin, y que se confundieron de aparato.