La comisión independiente del Congreso de EEUU que investiga el 11-S arremetió ayer contra las administraciones del actual presidente republicano, George Bush, y de su predecesor, Bill Clinton, por haber hecho frente a Al Qaeda con acciones diplomáticas en lugar de optar por la fuerza militar, permitiendo así que Osama bin Laden y sus secuaces eludieran ser capturados durante años.

"Aunque Afganistán se había convertido en un refugio para Al Qaeda, el interés del Departamento de Estado por ese país seguía siendo limitado", afirma la comisión en un informe preliminar.

"Todos los esfuerzos realizados por el Gobierno de EEUU entre la primavera de 1997 y septiembre del 2001 para intentar persuadir a los talibanes de que expulsaran a Bin Laden a un país donde pudiera ser detenido y juzgado fracasaron", dice el informe, cuya versión definitiva está prevista para el 26 de julio.

Los 10 miembros de la comisión castigaron en concreto al actual Gobierno republicano por no haber adoptado medidas inmediatas, tras tomar posesión en enero del 2001, para aumentar las escuchas sobre Al Qaeda, y por no haber emprendido, antes del 11-S, "ninguna acción diplomática ante Arabia Saudí relativa a la red terrorista". La mayoría de los autores de los atentados eran saudís.

LAS DEMANDAS DE CLARKE Los miembros de la comisión criticaron además a la Casa Blanca de Bush por haber desoído, desde comienzos del 2001, las insistentes peticiones de Richard Clarke, entonces jefe de contraterrorismo, para atacar los blancos de la red de Bin Laden en Afganistán. Así, la comisión se alineó con las acusaciones de Clarke en el mismo sentido, que, por su gravedad, pueden tener un impacto negativo en las aspiraciones de Bush a ser reelegido. Según Clarke, Bush desatendió la amenaza de Al Qaeda porque estaba obsesionado con Irak.

LA DEFENSA DEL LIDER "Si mi Gobierno hubiera tenido alguna información de que se iba a producir un ataque contra Nueva York el 11 de septiembre, hubiéramos actuado", se defendió ayer personalmente Bush. También el secretario de Estado, Colin Powell, intentó contrarrestar las acusaciones de Clarke en declaraciones ante la comisión. "Queríamos ir más allá de la política (de Clinton) de contención, procesos judiciales y represalias limitadas por ataques terroristas específicos. Queríamos destruir a Al Qaeda", recalcó. Powell aseguró que incluso antes de tomar posesión de su cargo ya recibía informes sobre Al Qaeda.

También la exsecretaria de Estado Madeleine Albright, predecesora de Powell, afirmó que "el presidente Clinton y los de su equipo hicimos todo lo que pudimos, todo lo que se nos ocurrió en base a lo que sabíamos, para proteger a nuestro pueblo y derrotar a Al Qaeda".