La Comisión Electoral de Turquía ha rechazado este miércoles las peticiones presentadas el día anterior por el principal partido opositor, el Partido Republicano Popular (CHP, socialdemócrata laico), y particulares para solicitar la anulación de los resultados del referéndum de reforma constitucional celebrado el pasado domingo por un presunto pucherazo.

Diez de los once miembros de la comisión votaron en contra de la anulación de los resultados por supuesto fraude, mientras que uno votó a favor, según el diario local 'Hürriyet'.

Varios partidos opositores, así como algunos particulares, denunciaron irregularidades en el proceso de voto y en el recuento, un aspecto también recogido en el informe de la misión de observación electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

SOBRES SIN SELLAR

Según estas quejas, la Comisión Electoral admitió como válidospapeletas y sobres sin sellar, obrando así en contra de la legislación electoral vigente y levantando las sospechas de fraude en las urnas. Tanto el presidente, Recep Tayyip Erdogan, como el primer ministro, Binali Yildirim, rechazaron las alegaciones de fraude.

Por su parte, el presidente del Sindicato de Asociaciones de Abogados de Turquía, Metin Feyzioglu, ha asegurado en una entrevista a la agencia de noticias Reuters que “no hay forma de saber el número” de papeletas sin sellar, que un observador electoral del Consejo de Europa cifró en hasta 2,5 millones, casi el doble del margen de victoria que obtuvo el 'sí'.

“El objetivo de sellar los sobres es evitar el uso de sobres fraudulentos”, ha explicado Feyzioglu, quien ha agregado que “la única prueba que (una papeleta) no ha sido traída de fuera es el sello oportuno de la misma en el colegio electoral”.

“Lo que convierte cualquier país en una democracia es la seguridad de las urnas. Todo lo demás puede ser impecable, pero si tus urnas no están seguras significa que el régimen no es una democracia”, ha apuntado Feyzioglu.

REFORMAS CONSTITUCIONALES

No obstante, los opositores tienen opción ahora de apelar al Tribunal Constitucional, primero, y, en caso de sentencia negativa, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, después, aunque todo apunta a que sus demandas no tendrán efecto alguno.

La victoria del 'sí' en el referéndum del domingo con un 51,4% de los votos se traduce en que se empezarán a poner en marcha unaserie de reformas constitucionales que transformarán Turquía en una república presidencialista y que supondrán unaampliación de los poderes ejecutivos del presidente, cargo que ocupa ahora el controvertido Erdogan. Asimismo, la Jefatura del Estado tendrá mayor influencia sobre la judicatura y capacidad de legislar a golpe de decreto ejecutivo.

Desde el pasado domingo, se producen protestas opositoras en las principales ciudades del país. “Quizá en unos días estas manifestaciones se conviertan en un nuevo 'Gezi'”, señaló a El Periódico durante una marcha multitudinaria celebrada este martes en el barrio estambulí de Besiktas una estudiante universitaria llamada Ceyda, en referencia a las protestas que en 2013 desencadenaron una dura represión por parte del Gobierno del entonces primer ministro Erdogan.