El presidente estadounidense renovó ayer su promesa de recortar "a la mitad" en cinco años el déficit fiscal, que asciende a 412.550 millones de dólares (305.000 millones de euros). Bush adelantó que el presupuesto que en febrero del 2006 someterá al Congreso se basará en la estricta contención del gasto.

Bush también estableció como una de sus prioridades para el año próximo la reforma del sistema de pensiones que, de continuar como hasta ahora, empezará a ser deficitario en el 2018. Argumentando que lo hará "a su debido tiempo", Bush evitó explicar cómo piensa hacer frente al gasto que supone su privatización parcial, algo que sus críticos creen que contribuirá a elevar aún más el déficit fiscal.