Animados por la ligera ventaja de George Bush en las últimas encuestas y con el partido "más unido que nunca", los republicanos empiezan hoy su primera y protestada convención en Nueva York, un encuentro que concluirá el jueves con la formalidad de nombrar al presidente como candidato para las elecciones del 2 de noviembre. Pero antes, y durante cuatro días, la convención va a permitir dibujar la campaña que preparan los conservadores. Los temas centrales son presentar a Bush como el líder más apto para seguir librando la "guerra contra el terror", dar una imagen de moderación, neutralizar la insatisfacción pública sobre Irak y la economía y, por último, atacar al rival, John Kerry.

El eje central será ese esfuerzo por reforzar la imagen de Bush como comandante en jefe de la lucha contra el terrorismo. En el discurso que pronunciará el jueves --que ya ha empezado a practicar-- habrá pocos planes detallados, pocas grandes iniciativas, mucho recuento en positivo y una vigorosa defensa de que su agresiva posición ante el terrorismo mantendrá al país más seguro. Bush destacará este último punto planteando las dudas que en su opinión presenta el liderazgo de Kerry. Y aunque ha empezado a admitir algunos errores en Irak, asegurará que palidecen frente a las ventajas de haber derrocado a Sadam Husein.

"Tiene que desplegar una agenda que mire hacia delante y de forma positiva", ha avanzado Karl Rove, el principal asesor de un presidente que empieza la convención más débil que sus predecesores más recientes que ganaron las reelecciones, pero más fuerte que los dos últimos que las perdieron, incluyendo a su padre. "Debe mostrar sus políticas en la guerra contra el terror y defenderlas en la forma en que el pueblo americano las quiere oír".

Eso sí, con unas previsiones eco- nómicas negativas y los últimos informes sobre pobreza y empleo en el país azotándole, Bush no puede usar la brocha gorda en este terreno y sus asesores anuncian que deberá dar pinceladas concretas con alguna propuesta económica.

MODERACION El otro eje central de la convención es la búsqueda del centro. Aunque en el borrador del programa electoral republicano han entrado las propuestas más conservadoras en aspectos como inmigración, aborto y los derechos de los homosexuales, el tono que intenta marcar el partido de Gobierno es el de la moderación. El propio Bush está realizando giros sutiles en sus discursos hacia ese centro. Y aunque la mayoría de los 4.853 delegados son mucho más conservadores que la mayor parte de los votantes republicanos, la lista de oradores es la prueba más clara de dónde está la diana. Sin embargo, la búsqueda del centro resulta dudosa ante la ausencia de un moderado significativo: el secretario de Estado, Colin Powell.

Hoy, la primera jornada de la convención está agrupada bajo el lema El valor de una nación , y dos republicanos moderadísimos como el exalcalde Rudolph Giuliani y el senador John McCain ofrecerán los principales discursos. Mañana, en una jornada centrada en La compasión del pueblo americano , se escuchará, entre otros, el discurso de otro moderado: el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. El miércoles --día de La tierra de las oportunidades -- los republicanos aprovecharán el descontento de un senador demócrata, Zen Miller, y podrán aplaudir al vicepresidente, Dick Cheney.