El dirigente de los Hermanos Musulmanes Mohamed el Beltagui y el conocido predicador islamista Safuat Higazi fueron condenados a veinte años de prisión acusados de secuestrar y torturar a dos policías en El Cairo.

El Tribunal Penal de El Cairo sentenció también en el mismo caso a los islamistas Mohamed Ali Zenati y Abdel Azim Ibrahim a quince años de cárcel, según la agencia estatal de noticias Mena. Estos últimos eran los encargados del hospital de campaña establecido en la plaza cairota de Rabea al Adauiya durante las acampadas de agosto de 2013, que exigían la restitución del presidente Mohamed Mursi y cuyo desmantelamiento por la Policía se acabó con cientos de muertos.

La corte encontró culpables a los cuatro del secuestro y tortura de un capitán de la policía y su asistente, y de su intento de asesinato. También de pertenecer a un grupo que busca "dañar la unidad nacional y la paz social, cambiar el régimen por la fuerza y poner en peligro la seguridad".

Los cargos incluyen asimismo resistencia a la autoridad e intimidación. Beltagui y Higazi fueron sentenciados, además, por "liderar una organización terrorista fundada bajo principios contrarios a la ley y cuyo objetivo es impedir que las instituciones del Estado ejerzan con libertad sus labores".

Estos dos destacados islamistas ya han sido condenados con anterioridad en otras causas. La última el pasado 30 de agosto, cuando un tribunal les impuso la cadena perpetua en el llamado caso de la mezquita de Al Istiqama. Fueron hallados culpables de emplear la violencia, asesinar a civiles e incitar al terrorismo y al vandalismo cerca de esa mezquita, unos cargos por los que también recibió cadena perpetua el líder de la cofradía, Mohamed Badía.

Desde el derrocamiento militar de Mursi, las autoridades han perseguido a los miembros y líderes de los Hermanos Musulmanes, a los que han calificado legalmente grupo terrorista. Los islamistas, por su parte, se niegan a reconocer el proceso político actual e insisten en la restitución como presidente de Mursi.