Bagdad. -- El soldado estadounidense Jeremy Sivits ha sido condenado a un año de prisión por el tribunal militar que lo ha juzgado en Bagdad por torturas a presos iraquís, han informado fuentes cercanas al tribunal. Sivits, que tenía el cargo de especialista dentro de la Policía Militar, será además expulsado del Ejército y degradado en tres categorías, hasta quedar como mero soldado raso.El soldado, de 24 años, se había declarado culpable de las tres acusaciones por las que ha sido condenado: conspiración para maltratar a prisioneros, negligencia en su trabajo por no proteger a los reos bajo su custodia, y crueldad y abuso de poder.El soldado Sivits es el primero de los siete militares estadounidenses acusados de torturas y maltrato a prisioneros iraquís en la cárcel de Abú Graib, antiguo centro de detención y tortura durante el régimen de Sadam Husein, en las afueras de Bagdad.Sivits ha cooperado con los fiscales y sus declaraciones están consideradas como cruciales para la celebración de los siguientes juicios, según fuentes militares estadounidenses."Ablandar la voluntad de los detenidos"El tribunal ha fijado la fecha del 21 de junio para que comparezcan ante el tribunal otros tres de los siete militares supuestamente implicados en los abusos.Estos otros tres acusados, el soldado Charly Graner, y los sargentos Ivan Fredericks y Javal Davis, se enfrentan a acusaciones más graves, y la fiscalía les acusa, entre otros, de tortura psicológica sistemática a los prisioneros.Los tres acusados aseguran que sus oficiales al mando en la prisión de Abú Graib estaban al corriente de las torturas y que en algunos casos, incluso las ordenaban como una fórmula para "ablandar la voluntad de los detenidos".La acusación asegura que las torturas fueron infligidas el pasado octubre a una veintena de presos.Las fotografíasLas fotografías que han servido de base a los fiscales muestran a varios iraquís desnudos, atados con correas, forzados a realizar posturas obscenas, con los genitales estrangulados con alambres o amenazados por perros.Amplios sectores de la sociedad iraquí consideran que el juicio es una mera campaña de imagen avalada por el enorme despliegue que ha suscitado entre de los medios de comunicación.El abogado defensor de Sivits, ha elevado una objeción en nombre de su defendido y ha expresado su preocupación por la gran cantidad de medios invitados por las autoridades militares estadounidenses para la cobertura del juicio.Impedida la entrada a una ONG y a las víctimasEl Ejército estadounidense decidió hacer públicas las sesiones del proceso como fórmula para demostrar que sus militares no escaparán de la justicia, medida que está encaminada a congraciarse con la opinión pública iraquí, cada día más desilusionada con las fuerzas ocupantes.Sin embargo, varias asociaciones de defensa de los derechos humanos se han quejado de que las autoridades norteamericanas les han impedido la entrada al juicio, según ha declarado en Bagdad la prestigiosa organización Human Rights Watch."Impedir la entrada a la sala de los observadores es una mala decisión", ha dicho Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Human Rights Watch para Oriente Próximo y África del Norte. "De igual modo, envía una señal terrible a los iraquís y otros que están verdaderamente preocupados con lo que ha sucedido en Abú Graib", ha advertido.Las autoridades militares han aducido "razones de seguridad" para que las organizaciones de derecho humanos no estuvieran presentes en la sala.Varios antiguos prisioneros de Abu Graib se han quejado también de que no les habían permitido asistir al juicio."Me confinaron a mi solo en una celda durante seis días. Me colgaron de las manos durante seis horas y no pude hablar con mi familia durante diez meses", ha asegurado Abu Mustafa, de 24 años, que ha pasado cerca de un año en Abu Graib."¿Por qué ahora no puedo testificar contra los que me hicieron aquello?", se lamenta. "¿Es ésta la justicia americana?", se ha preguntado. Otro sargento denuncia a los mandos militaresUn miembro de los servicios secretos militares, el sargento Samuel Provance, ha acusado al Ejército, en la cadena de televisión ABC, de intentar ocultar las torturas y ha asegurado que decenas de soldados habían estado implicados en estos casos y no hacían más que cumplir órdenes.La agencia de prensa británica Reuters ha afirmado que tres de sus empleados iraquís detenidos el pasado enero en un campo militar cerca de la ciudad de Faluya (al oeste de Bagdad), fueron maltratados por soldados estadounidenses.