El segundo congreso de Forza Italia (FI), el partido fundado por el primer ministro Silvio Berlusconi en 1994, se clausuró ayer en Assiago (Milán) en plena campaña para las elecciones europeas y cuando los sondeos pronostican una pérdida de 6 o 7 puntos para el centroderecha. "Estoy absolutamente seguro de que Forza Italia conseguirá el 25%" de los votos, proclamó Berlusconi, antes de ser aclamado como presidente del partido. En mayo del 2001 ganó las generales con el 29,9%.

El "congreso electoral" de FI, como lo define la oposición, se ha centrado en lanzar ataques: contra Europa, porque con el euro fuerte "el precio de los productos italianos ha aumentado en todo el mundo"; contra la oposición, "con la que no se puede dialogar"; contra los "partidos pequeños", incluidos los de su coalición conservadora y contra Confindustria (la patronal), cuyo presidente, Luca Cordero de Montezemolo, ha instado a Berlusconi a que "diga lo que quiere hacer".