La convención republicana trató de mantener ayer en su segunda jornada una apariencia de moderación, pero tanto el borrador del programa electoral como los discursos permiten confirmar una apuesta por la línea dura del partido. En el papel, los llamados conservadores sociales han impuesto un programa ultraderechista, que rechaza los matrimonios homosexuales, fomenta la abstinencia y ensalza la religión.

La primera sesión, el lunes, dejó claro que el partido está unido en algo lejano a la moderación. El protagonista fue Rudolph Giuliani, que era alcalde de Nueva York cuando el 11-S, considerado moderado en su partido por su postura semiprogresista en temas como el aborto o el control de armas. El lunes no tocó ninguno de esos temas.

El exalcalde hizo un discurso plagado de ataques furibundos al candidato demócrata, John Kerry, utilizados para realzar la imagen de determinación y liderazgo del presidente, George Bush. Sobre todo, Giuliani evocó los días posteriores al 11-S, explotado lacrimosamente durante toda la jornada. "Bush ve el terrorismo mundial como el mal que es. Kerry no tiene esa visión clara, precisa y consistente", manifestó.

Defendiendo vehementemente la política de guerra preventiva y de "ataque, no defensa", el exalcalde de Nueva York incluso apostó por el aislacionismo. "Bush no permitirá que países que parecen haber ignorado las lecciones de la historia y que durante más de 30 años no se han alzado contra el terrorismo nos disuadan de lo que es necesario para nuestra defensa", dijo. Luego atribuyó a su partido la capacidad de "extender la libertad".

INFILTRADO Antes que Giuliani intervino John McCain. El punto álgido de su discurso se produjo gracias a Michael Moore, el director de Fahrenheit 9/11, que estaba en el recinto acreditado como periodista del USA Today y rodeado por agentes del servicio secreto. "Teníamos que optar entre la guerra y una amenaza más grave. No dejéis que nadie diga lo contrario. Y, por supuesto, no un cineasta falsamente franco que quiere que creamos que el Irak de Sadam era un oasis de paz", dijo el senador para defender el ataque a Irak y, de paso, para encender a los delegados.

McCain fue más respetuoso con los demócratas que Giuliani, pero, como éste, se alejó de su imagen moderada y cerró filas en torno a Bush.

La jornada de ayer se centraba en los discursos de la primera dama, Laura Bush, y del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. Ambos entran en la lista de oradores moderados, pero la primera ha endurecido sus posturas de hace cuatro años. En cuanto al actor y gobernador de California, es probable que el púlpito del Madison Square Garden lo radicalice.