Las sonrisas han durado poco en la ultraderecha alemana. Ni dos días después de que Alternativa para Alemania (AfD) se alzase como gran vencedora de las elecciones federales al obtener un 12,6% de los votos y situarse como tercera fuerza política del país, el partido ya se ha visto fracturado. Frauke Petry, hasta ahora copresidenta y líder de la formación en Sajonia, ha anunciado este martes que abandona el partido, un golpe a la credibilidad de AfD que pone en evidencia las tensiones dentro del grupo.

Aunque aún se desconoce cuando abandonará el partido, esta mediática política de 42 años ha plantado cara a quienes fueron sus compañeros. “Está claro que este paso continuará”, ha asegurado tras conocerse su renuncia. Poco después, su marido y líder de AfD en el ‘land’ de Renania del Norte-Westfalia, Marcus Pretzell, también ha anunciado que abandona el partido. A su decisión se le ha sumado un diputado de esa región y otros cuatro de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. La opción de formar un nuevo partido sigue abierta. Aún así, se necesitan 34 diputados para formar un nuevo grupo parlamentario, algo que parece imposible.

Tensiones internas

La sorpresa saltó este lunes cuando en la primera rueda de prensa de AfD Petry anunció que salía del grupo parlamentario pero mantenía su escaño. En un gesto estudiado, abandonaba la sala sin aceptar preguntas de la prensa y ante la estupefacción de los líderes del partido, reunidos para celebrar la victoria electoral, que no tardaron en pedir su salida.

Después de asesinar políticamente al fundador de AfD, el euroescéptico Bernd Lucke, Petry se convirtió en la líder del partido, llevándolo a un discurso abiertamente racista e islamófobo. En un gesto irónico, en abril fue depuesta por las bases del partido cuando intentaba imponer su voluntad para ser candidata a la cancillería y su lugar lo ocuparon los ultras Alexander Gauland y Alice Weidel.

Considerada ahora como parte moderada del partido, Petry afirmó en el 2016 que se debería disparar a los refugiados que cruzasen ilegalmente la frontera alemana. Para Andreu Jerez y Franco Delle Donne, autores del libro ‘Factor AfD’, es tan solo una conservadora oportunista en busca de hacer carrera. Su adiós es el primer golpe interno de un partido marcado por las traiciones y la lucha de poder. “El peor enemigo de AfD son ellos mismos”, asegura Jerez.