Los avances médicos, tecnológicos y en las condiciones higiénicas descartan, a priori, la posibilidad de parangonar el impacto de la crisis del coronavirus con otras grandes plagas de la humanidad, al menos en cuanto a tasas de mortandad. Otra cosa es si la actual pandemia acabará por sacudir los cimientos socioeconómicos e incluso culturales, como ya hicieran en su día azotes del calado de la peste bubónica o la gripe española. El impacto definitivo es aún una incógnita.

EL BALANCE

EL BALANCELa huella de los recortes en una epidemia global

La huella de los recortes en una epidemia globalLa huella del COVID-19 deja unas cifras que, en el momento de escribir estas líneas, rondaban las 290.000 personas contagiadas, de las que casi 12.000 habían fallecido. Alrededor de 90.000 afectados han sobrevivido a la epidemia, que se ha extendido ya por casi 170 países, según el seguimiento de la universidad estadounidense especializada en investigación Johns Hopkins. Italia y China son los países más afectados del mundo, seguidos por España, con más de 25.000 personas infectadas y superando los 1.300 fallecidos.

Capítulo aparte merece Alemania, que ocupa la cuarta posición, con cifras de contagios relativamente próximas a España (cerca de 22.000 casos), pero un índice de mortalidad mucho menor que el de otros países europeos: apenas 73 fallecidos, un dato muy alejado de la siniestralidad española. Una de las claves que explican la dispar evolución tiene que ver con las políticas de austeridad de los últimos años. El gasto público en sanidad por habitante se estanca en 2.221 euros en España, menos de la mitad de los 4.459 euros del sistema médico público alemán.

EL FOCO

Roma ya es la nueva capital del COVID-19

China, el origen de la plaga, empieza a ver la luz al alcanzar por vez primera el crecimiento cero en nuevos contagios locales, mientras la macabra evolución de casos mortales en Italia la confirman desde el jueves como el país con más personas que han perdido la vida. La Organización Mundial de la Salud relata las claves para explicar meritoria evolución china: una "estricta" restricción de movimientos en Wuhan, epicentro del brote; la capacidad de redirigir los recursos a disposición del Estado para su contención y la agilidad en el uso de datos para localizar cada contagio, así como la especialización de centros sanitarios y la diligencia en la investigación.

En el reverso de la moneda, varios países europeos, que pese a la gran ventaja de conocer el precedente chino han aplicado algunas de esas medidas con menos determinación o a destiempo. España sigue pendiente de llegar al pico de contagios para decelerar la crisis, pero las proyecciones de su curva de contagios apunta a que podría relevar al Italia al frente de la clasificación en breve. Sin olvidar al Reino Unido, cuyo ritmo de fallecimientos ya es peor que el italiano tras los titubeos de Boris Johnson. Otra incógnita es comprobar si América ha reaccionado a tiempo al ver el devastador efecto del COVID-19, y la repercusión del drama en un continente con tantas carencias como África.

SECUELAS

La incierta repercusión económica de la plaga

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no duda en equiparar las secuelas económicas que acarreará la crisis sanitaria internacional con los devastadores efectos de la recesión económica que asoló al planeta en el 2008. Algunas voces van más allá y se remontan a la Gran Depresión tras el crack del 29.

De lo local a lo global, las consecuencias económicas variarán notablemente en función de la evolución del virus. El mejor escenario contempla una rápida recuperación si la epidemia es estacional y se dan pronto las medidas efectivas para controlarla. Si la afectación se prolonga, el planeta entraría en un periodo de ralentización cuyo calado es impredecible.

De lo que sí hay certeza es de la profunda marca que esta crisis va a tener en las economías domésticas y las pequeñas empresas. De ahí que gobiernos como los de Italia, Francia, Alemania o España no duden en emplear lenguaje bélico para hablar del desafío que afrontan y anuncien medidas como la de aplazar el pago de hipotecas y de suministros básicos y dotar de créditos oficiales para dotar de liquidez a las empresas mientras se prolongue el episodio pandémico. La ONU ha advertido de que la pandemia puede disparar un 35% el número de personas bajo el umbral de la pobreza en América Latina.

EL FUTURO

Pugna por una vacuna que tardará en ser efectiva

La crisis sanitaria y económica desencadenada por el COVID-19 se ha convertido en un nuevo elemento de confrontación que agrava la escalada de tensión entre China y Estados Unidos. En un fuego cruzado de teorías de la conspiración, Washington y Pekín mantienen una encarnizada disputa par ser el primero en hallar una vacuna contra el virus. Ajena a las fricciones, la UE se afana también en incentivar la investigación para inmunizar a la población y ha destinado 80 millones de euros al laboratorio alemán CureVac para tal propósito, sobre todo tras saber que el centro había sido tentado por Donald Trump con una lluvia de millones en caso de lograr la patente. También el Gobierno español dice estar en un nivel "más adelantado", respecto a las otras que se están desarrollando en otras partes del mundo.

Pese a las declaraciones grandilocuentes de chinos y estadounidenses sobre sus avances, los expertos consideran que los ensayos clínicos obtendrán resultados en torno a finales de año, pero la implementación efectiva se demorará algún mes más ante la necesidad de cumplir con las necesidades de seguridad y de que se posibilite una producción masiva para abordar el reto con garantías.

Mientras, las medidas de restricción en la movilidad van mucho más allá de la cotidianeidad ciudadana y alcanzan países y entes supranacionales. Por vez primera, la UE ha suspendido el Tratado Schengen por al menos 30 días, en los que prohíbe la entrada en su territorio de personas de terceros países. Un centenar de naciones han decretado ya el cierre parcial o total de sus fronteras.