NUEVAS PRUEBAS hechas públicas ayer han aumentado las sospechas de que el ministro de Interior británico usó su poder para ayudar a su examante, Kimberly Quinn. Blunkett negó cualquier comportamiento impropio. Sin embargo, la rapidez con que la niñera filipina de Quinn, Leoncia Casalme, obtuvo el permiso de residencia en el Reino Unido, no acaba de despejar las dudas sobre el papel del ministro. B. A.