El presidente de Eslovaquia, Andrej Kiska, declaró ayer que su país solo podrá superar la crisis causada por el asesinato del periodista Jan Kuciak con un cambio de Gobierno o con elecciones anticipadas.

Tras una reunión con el primer ministro, el socialdemócrata Robert Fico, el presidente eslovaco aseguró que «desafortunadamente» no coincide con este sobre cómo resolver la actual crisis.

«He esperado toda la semana una decisión del Gobierno, pero parece que no se ofrecerá ninguna», agregó el presidente eslovaco en una declaración televisada. Kiska anunció conversaciones con todos los partidos para ver cómo superar la desconfianza causada por este caso, que ha conmocionado este país de 5,4 millones de habitantes.

Fico, por su parte, respondió poco después acusando a Kiska de «unirse a la oposición» y no respetar el resultado de las elecciones parlamentarias del 2016, ganadas por su partido, SMER, con el 28% de los votos. «No vamos a bailar sobre la tumba de dos jóvenes», concluyó el primer ministro, quien está bajo creciente presión por el asesinato.

Kuciak, de 27 años, y su novia, Martina Kusnirova, fueron encontrados asesinados a tiros el pasado lunes en las afueras de Bratislava, y la policía da por hecho que su muerte está relacionada con las investigaciones del periodista.

La muerte del reportero, que había investigado posibles relaciones entre la mafia italiana y altos funcionarios del país centroeuropeo, ha causado una ola de indignación en Eslovaquia, país miembro de la Unión Europea desde 2004. Miles de personas salieron en los últimos días a las calles para expresar su repudio al homicidio y exigir un Estado libre de interferencias mafiosas.

Según informó ayer el diario alemán Die Welt, el Parlamento Europeo tiene previsto enviar esta semana una delegación de ocho eurodiputados para recabar información sobre el asesinato, incluyendo entrevistas con Fico, algunos de sus ministros y con periodistas críticos con el Gobierno.